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Biden puede detener la detención masiva de inmigrantes a manos de ICE

Las medidas de Trump son sólo la punta del iceberg en un sistema de inmigración cruel e inhumano. Sin embargo, Biden puede terminar con él. Un texto de The Washington Post.

En opinión de Madhuri Grewal, del diario The Washington Post, la administración de Joe Biden debería hacer más que sólo revertir las políticas de inmigración de Trump.

Estas políticas han sido particularmente crueles con los migrantes que llegan a USA. Sin embargo, de acuerdo con Grewal, son sólo una manifestación de todo un sistema defectuoso. Por lo tanto, concluye, no es suficiente con que Biden revierta las políticas de los últimos 4 años.

Para lograr cambiar este sistema, afirma que es necesario poner fin a las detenciones masivas de ICE. Estas detenciones se resumen en encarcelar a aquellos que esperan arreglar su estatus migratorio o ser deportados. Por otro lado, su sistema de selección es racista: las cárceles de ICE están llenas de personas de color.

Grewal afirma que este sistema es costoso pero, sobre todo, bastante cruel. Sin embargo, aclara, Biden puede reducirlo sin necesidad de proponer nuevas leyes ante el Congreso. Así, poco a poco, lograría eliminar las detenciones masivas.

¿Qué puede hacer Biden?

El nuevo presidente de USA podría comenzar esta labor cerrando todos los centros de detención familiar. También podría anular los contratos de las prisiones privadas de ICE y de las cárceles locales y estatales (en especial, aquellas con un amplio historial de abusos). De igual forma, debería evitar firmar o emitir contratos nuevos.

Biden puede realizar todos estos cambios durante los primeros 100 días de su administración. En este periodo de tiempo, puede reducir al menos el 75% del presupuesto de ICE para hacer detenciones.

También puede eliminar el requisito de fianza para aquellos migrantes que, de entrada, son elegibles para quedar en libertad. Actualmente, miles de migrantes podrían quedar libres porque las mismas reglas internas de ICE lo permiten. Sin embargo, la agencia migratoria ignora sus propias reglas muchas veces.

Por otro lado, la administración de Biden deberá trabajar junto con el Congreso para eliminar cualquier circunstancia en la que la detención de inmigrantes sea obligatoria.

Una política inhumana

De acuerdo con Grewal, el encarcelamiento de migrantes solía ser una excepción:

“Según la ley, no se supone que debemos encarcelar a personas para castigarlas por carecer de estatus migratorio, que es un asunto civil, o para disuadir a otros de venir a Estados Unidos. Pero eso es precisamente lo que hacemos ahora, y a gran escala”.

Esto se evidencia en los números. Grewal afirma que la detención de inmigrantes en un solo día ha pasado de cerca de 6 mil 800 en 1994 a más de 52 mil en 2019.

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Hay varias agencias migratorias responsables de estas detenciones. Sin embargo, ICE acapara la mayoría de ellas. Además, retiene a los migrantes detenidos por meses o años más de lo necesario.

Por otro lado, esta agencia detiene a las personas de la nada y no les da la oportunidad de contactar a un abogado o a una red de apoyo. También las presiona para que renuncien a cualquier intento de reclamo legal. Y, por último, deporta a la gente de manera encubierta.

Por todos estos motivos, ICE juega un papel fundamental en las deportaciones masivas de USA. También en las prácticas racistas y en las violaciones a derechos humanos de miles de familias migrantes. Por su fuera poco, esto cuesta más de $3 mil millones de dólares anuales a los contribuyentes.

Amputaciones, suicidios, huelgas de hambre, mujeres embarazadas, niños separados de sus padres… Todo esto forma parte de eses sistema cruel e inhumano. Y ahora, con la pandemia de coronavirus, sus negligencias han mostrado un rostro más cruel gracias a las muertes y la falta de atención médica entre migrantes contagiados.

Joe Biden puede terminar con estas medidas y revertir no sólo lo implementado por Trump, sino la huella de décadas de un sistema de inmigración fallido.

Puedes leer el texto original en The Washington Post.

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