Yoloxóchitl Marcelino es una joven mujer originaria de Alacatlatzala, comunidad na savi perteneciente al municipio de Malinaltepec en la Montaña de Guerrero. Ella vive en el Bronx, Nueva York. Desde marzo que inició la cuarentena ha visto y vivido las afectaciones de la pandemia por la Covid-19,
“A todos los migrantes nos ha afectado mucho, prácticamente cerraron negocios donde tanto nuestras parejas como nosotros trabajábamos, nos quedamos sin empleo. Durante ese tiempo complicado para las familias, la vida aquí es cara, no hay manera de tener muchos ahorros. Nos bombardeaban con noticias de muertes, todos los días contagios, millones por todas partes del mundo, hubo estrés de las noticias porque no sabíamos cuanto iba a durar esto”, cuenta Yoloxóchitl.
Más o menos con la reapertura en las partes que se ha hecho muy pocas personas han recuperado su trabajo, entre ellas su esposo que tiene un trabajo pero le han disminuido las horas y los días de trabajo. En algunos lugares también se disminuyeron los sueldos, no se les dan días completos a los trabajadores.
En cuanto a sus gastos básicos nos comenta que las rentas son caras, en su caso, por el apartamento de tres habitaciones donde vive con su familia paga mensualmente 2 mil 400 dólares. “Somos dos familias mas un primo, entre los tres dividimos la cantidad. Tenemos familia y en cuanto a los alimentos semanales, comiendo sencillamente se gastan unos 150 dólares, esto no incluye carnes porque incluyendo eso es más alto como 250 dólares.
Conociendo la organización Toro Meco
Yoloxóchitl llegó hace 6 años a Estado Unidos, al inicio solo tuvo contacto con familiares más cercanos, primos, tíos, pero desde hace dos años comenzó a contactar a gente en eventos.
Coincidió con un ex compañero de secundaria que la invitó a ser parte de la organización “Toro Meco”, en la cual hay activistas indígenas de la comunidad de Yuvi Nani municipio de Metlatónoc y otros lugares.
“Al integrarme comencé a conocer a gente de la Montaña, de Guerrero y del país. Hay otro grupo en formación que se llama Las Voces del Pueblo, he conversado con gente que hablan las lenguas náhuatl, me´phaá, coinciden en que hubo pérdida de trabajo, dificultad para pagar la renta”.
Es difícil dialogar con gente de las comunidades, no confían tan fácil en los activistas, no quieren platicar sus problemas, es un poco complicado. Desconfianza, no quieren acercárse a programas, ha existido el mito que si te acercas al hospital o a la corte puedes ser arrestado. No quieren acercarse a programas o proyectos de ayuda. Se les complica, comenta la activista indígena.
Hay quienes quieren hacer foros pero no toda la gente tiene tiempo de asistir, el trabajo limita mucho el tiempo para hacer una cosa. O trabajas o asistes a una cosa. De 50 que invites solo asistirían 5, ha veces se piensa no harán caso.
Lidiando con los malos tratos de otros mexicanos
Por otra parte, en el Consulado tratan mal a los paisanos. A mi no me ha tocado alguna persona que me grite o me haga sentir mal, pero al menos dos familiares dicen que los trataron de persona ignorante, tantito que no les entiende y les empiezan a gritar.
Quisieran que las personas de nacionalidad mexicana fueran más cordiales pero sucede problema con ellos, a veces por eso piensan que esta misma actitud tendrán funcionarios de Estados Unidos, dice Yoloxóchitl
Por su parte, Luis Ángel Gallegos, voluntario y activista, señala que grupos como Toro Meco, o la propia Red de Pueblos Trasnacionales de la que es parte, integran colectivos de personas de los pueblos indígenas, de distintos estados como Tlaxcala, Puebla, Guerrero.
Se han reunido para promover la inclusión social peor también la económica, cultural y el pleno acceso a derechos. Muchos paisanos no entienden totalmente el español al desarrollarse en su lengua.
Se ha promovido e identificado existe problema con la gente, además de ser evidenciado por el alto contagio que pegó en las comunidades migrantes, indocumentadas, deportados o una carga pública con un recibo carísimo por los servicios de salud. Hay temor y desconocimiento buscan identificarla, exponerla frente al estado de Nueva York y que se vea esa realidad omitida.
Después de la pandemia, siguió la crisis económica que se ha visto reflejada en la pérdida de trabajo,se redujo el empleo en los servicios, restaurantes, casas, algunos más, como trabajadores esenciales, han perdido parte importante de sus ingresos y no han tenido beneficio del gobierno por su calidad irregular en el estatus migratorio.
Sus proyectos los llevaron al gobernador de Nueva York
Ante esto, han surgido proyectos como el que encabeza la Red que busca la existencia de un programa de alivio para el pago de rentas y alquileres.
Recientemente tuvieron una reunión con el gobernador de Nueva York en la que estuvieron presentes 10 integrantes que expusieron la realidad que viven. Si bien reconocieron que se ha repartido mucha comida, la gente no solo vive de alimentos.
Existió un programa de apoyo para renta pero no funciona para la gente sin documentos, ha sido complejo su acceso, se omite a la gente de los pueblos en una ciudad diversa.
La renta en Nueva York es cara, por un solo cuarto puedes pagar hasta 600 dólares si lo compartes. A pesar de la reducción de desarrollo laboral para los migrantes, no hay opciones de apoyo incluso ni para quienes tienen hijos nacidos en Estados Unidos.
Los migrantes muchas veces han invertido su dinero en construir casa, comprar terrenos o hacerse de pequeñas propiedades, ojalá hubiera clases educación financiera, para entender como funciona el dinero, apunta Yoloxóchitl.
Texto de La Dekonstrucción.
