Alejandro Tello, gobernador de Zacatecas, consiguió que siete familiares de Vanessa Guillén pudieran viajar a Texas para acompañar a los padres y hermanos de la soldado que fue asesinada el 22 de abril.
La abuelita Lorenza, así como los tíos José Manuel, Gregoria, Yesenia, Maria Lourdes y Dora Nely y Joel pudieron alcanzar al resto de su familia.
Con ayuda de Saúl Mena, representante en Texas, y Fuensanta S. Rosales, directora del Centro Integral de Atención al Migrante, los familiares obtuvieron permisos temporales.
José Juan Estrada, Secretario del Zacatecano Migrante, pidió a Dios que le dé fortaleza a la familia y la comunidad en Estados Unidos.
El 17 de julio se realizó en la base militar de Fort Hood una ceremonia privada con los papás, hermanos y amigos de la soldado.
En la sala se encontraban sus botas, casco y fusil, así como dos de sus fotografías en las que vestía el uniforme del Ejército estadounidense.
Según información de Univisión, un sacerdote se encargó de realizar algunas oraciones y de esparcir agua bendita en el cuarto de armas dónde Vannesa murió.
El caso Vanesa Guillén
La soldado de 20 años fue vista por última vez el 22 de abril dentro de la base militar de Fort Hood, Texas.
Tras su desaparición, algunas de sus pertenencias y documentos fueron halladas más tarde en el área donde trabajaba ese día.
Vanessa fue vista por última vez en el estacionamiento del Escuadrón de Ingenieros Regionales.
El 30 de junio, cerca del río León se encontraron los restos humanos desmembrados.
Días después, la abogada de la familia, Natalie Khawam, indicó que los restos hallados pertenecían a la soldado.
