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¡Adiós Houston!… En busca del “sueño mexicano”

Gustavo Camacho
Gustavo Camacho dejó Puebla hace unos 25 años para cumplir el sueño americano, sin embargo, una enfermedad lo hizo volver a México por otro sueño

¿Y si la perspectiva de un futuro mejor no estuviera del otro lado del Río Bravo? A Gustavo Camacho la pandemia de Covid-19 lo obligó a hacer un alto y a decidir que, a contracorriente de lo que muchos migrante piensan que es lo mejor, él quería vivir el “sueño mexicano”.

Gustavo Camacho dejó Puebla hace 25 años. Cruzó la frontera y con tesón y paciencia fue construyendo una vida en Houston, Texas. Durante los últimos 11 años, trabajó en la venta de material para la construcción y reparación de techos o “roofing”, como se le conoce en Estados Unidos.

Pero la crisis sanitaria provocada por el coronavirus Covid-19 le arrebató el empleo porque esta actividad fue considerada como un negocio no esencial, dejándolo sin ingreso en un momento en donde el desabasto y la escalada de precios afectaban a todo el mundo.

Esto lo llevó a tomar la decisión de regresar a la tierra que lo vio nacer: México. “Es la mejor decisión que pude haber tomado”, dice convencido a Conexión Migrante.

Elegir el mejor momento

Gustavo estuvo atento los avances de la pandemia en Texas desde que se comenzaron a registrarse los primeros casos en Estados Unidos.

Esto le permitió anticipar que la situación estaba lejos de mejorar y, que de hecho, solo empeorarian en las semanas por venir.

Tras darse a conocer el cierre de escuelas, Gustavo aprovechó que sus tres hijos habían justamente a México a pasar el “Spring break” y les pidió que no regresaran.

Les informó que vendrían nuevos tiempos y que los alcanzaría para pasar la cuarentena en México.

Buscando un nuevo hogar

Gustavo forma parte de los migrantes que logró en algún momento obtener la nacionalidad estadounidense, así que está acostumbrado a viajar entre ambos países.

Empacó y cruzó la frontera el 20 de marzo, un día antes de la restricción de cruces entre México y Estados Unidos.

“La atención en la aduana fronteriza fue excelente, los agentes aduanales y de migración se portaron muy amables y con una bienvenida de ensueño”, detalló.

Todo marchó correctamente entre Houston y la capital de Puebla…

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Tras reencontrarse con su familia y encontrar un nuevo hogar, Gustavo siguió gustoso la orden gubernamental de permanecer en casa.

“Gracias a Dios, la suerte estuvo de mi lado  y tomamos la decisión en el momento correcto. Si lo hubiera pensado más, posiblemente habría sido más difícil regresar a México”, dice.

La vida en México

Ya en México, en los últimos días de marzo, lo primero que sorprendió a Gustavo es no observar el pánico colectivo que había visto en Houston y que tampoco había desabasto en las tiendas.

“En Puebla, al menos hasta ahora, no hay desabasto”, dice. Pero sí le inquieta observar que las semanas pasaron y muchos poblanos aún observaban con incredulidad al coronavirus, sin tomar las medidas de precaución debida. En el caso de su familia, las reglas eran claras y todos las respetaron.

Gustavo y su familia contaban con un “colchón” financiero que les ha permitido que no resientan por ahora el impacto económico de la transición hacia México.

En busca de universidades

Gustavo Camacho comenta feliz que sus hijos siempre han estado orgullosos de ser mexicanos, es por eso que cuando la cuarentena termine se quedarán en México.

“Aunque ellos son nacidos en Estados Unidos, aman a nuestro país como cualquier mexicano que va a Estados Unidos y sigue añorando regresar a México”, expresó.

Es por eso que buscarán realizarán sus estudios universitarios en México, específicamente en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).

El paisano tendrá que realizar un viaje de regreso a Estados Unidos para tramitar los documentos que requieren sus hijos para establecerse formalmente en la tierra de sus padres y para realizar una mudanza con más calma. Y tendrá también qué decidir si busca un trabajo o inicia un negocio.

Pero este mexicano no duda en afirmar, tras pasar un cuarto de silgo en Estados Unidos, que la experiencia fue enriquecedora, pero “regresar a su país es el sueño de la mayoría de los migrantes”.

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