El gobierno estadounidense anunció el viernes que ampliará una medida que obliga a los solicitantes de asilo a permanecer fuera del país y aguardar en una de las ciudades más peligrosas de México, donde hay miles de personas acampadas, algunas desde hace meses.
El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS por sus siglas en inglés) dijo que aplicará sus “protocolos de protección de migrantes” en Brownsville, Texas, al otro lado de la frontera de Matamoros, México, lo que entró en vigencia el mismo viernes.
Bajo la norma llamada “permanecer en México”, los solicitantes de asilo reciben una orden de presentarse en determinada fecha a una audiencia ante un tribunal de inmigración para luego regresar a México. Desde enero, esa norma se aplica en San Diego, California, y El Paso, Texas, entre otras ciudades de la frontera.
Estados Unidos trata de reducir el gran flujo de migrantes centroamericanos que atraviesan México para pedir asilo. El corredor más transitado para los cruces no autorizados de la frontera es la zona llamada Rio Grande Valley, en Texas, donde se encuentra Brownsville. La norma ampliada no se aplicó de inmediato a otras ciudades de la zona.
El DHS dijo que aplicó la norma en coordinación con el gobierno mexicano. Éste no respondió de inmediato a los pedidos de declaraciones, pero el gobierno de Donald Trump ha presionado a México para que frene a los inmigrantes, o en caso contrario lo sancionaría con aranceles que paralizarían su economía.
Matamoros se encuentra en el extremo este de la frontera binacional, en el estado mexicano de Tamaulipas, donde prevalecen las bandas de la delincuencia organizada y el gobierno estadounidense advierte a sus ciudadanos que no vayan allá debido a la violencia y los secuestros.
Cerca de la ciudad se hallaron los cadáveres de un hombre salvadoreño y su hija de 23 meses, ahogados en el río Bravo, cuyas imágenes dieron la vuelta al mundo.
Muchas personas duermen desde hace meses en un campamento improvisado cerca de uno de los puentes internacionales, entre ellas familias con niños muy pequeños. Hay miles más en hoteles, refugios o pensiones. Muy pocos migrantes han podido solicitar asilo bajo otras normas del gobierno de Trump.
Una lista elaborada por las autoridades mexicanas incluye a más de 1.000 personas, dijo Elisa Filippone, una voluntaria estadounidense que viaja a Matamoros varias veces por semana para entregar donaciones de alimentos y ropa, pero muchos en los refugios no figuran en la lista. Según Filippone, abundan los rumores de que se obliga a los migrantes a pagar sobornos para ser incluidos en la lista.