Agentes de la Oficina Federal de Investigación (FBI) e Inmigración y Control de Aduanas (ICE) han convertido las bases de datos de licencias de conducir estatales en una fuente principal de reconocimiento facial, escaneando las fotos de millones de estadounidenses sin su consentimiento, informa The Washington Post.
El Post asegura que la policía siempre ha tenido acceso a huellas dactilares, ADN y otros “datos biométricos” tomados de sospechosos criminales. Pero los registros del Departamento de Vehículos Motorizados (DMV) contienen las fotos de muchos residentes de los estados, la mayoría de los cuales nunca han sido acusados de un delito.
En total, 21 estados, incluidos Texas y Pennsylvania, además del Distrito de Columbia, permiten que agencias federales como el FBI escaneen las fotos de las licencias de conducir, según muestran los registros de la Oficina de Responsabilidad Gubernamental (GAO).
Los acuerdos estipulan algunas reglas para las búsquedas, incluyendo que cada una debe ser relevante para una investigación criminal.
Según registros a los que el diario tuvo acceso, tan sólo en Utah, los agentes del FBI e ICE registraron más de 1 mil búsquedas de reconocimiento facial entre 2015 y 2017.
Ni el Congreso ni las legislaturas estatales han autorizado el desarrollo de este sistema, y un gran número de legisladores demócratas y republicanos están criticando la tecnología como una herramienta de vigilancia peligrosa, generalizada y propensa a errores.
“El acceso de las agencias de la ley a las bases de datos estatales, especialmente las bases de datos del DMV, a menudo se realiza sin consentimiento”, dijo el presidente del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, Elh Cummings al Washington Post.
A pesar de las alertas, el FBI ha convertido el reconocimiento facial en una herramienta de investigación clave en sus investigaciones.