Aunque durante años Estados Unidos determinó que la migración es un fenómeno que se da principalmente en ciudades, la reestructuración económica, globalización y la Gran Recesión económica han afectado gravemente a las áreas rurales, las cuales ven un segundo aire gracias a los migrantes.
De acuerdo al estudio publicado por Silva Mathema, Nicole Prchal Svajlenka, and Anneliese Hermann para Center of American Progress, los migrantes han impactado positivamente en las áreas rurales; pues la pérdida de personas generó una serie de dificultades, como el cierre de escuelas, supermercados, reducción de los servicios esenciales de atención médica, incluidos los cierres de hospitales.
“La inmigración puede dar nueva vida a las comunidades rurales en declive revirtiendo la pérdida de población, estimulando el crecimiento económico, satisfaciendo las necesidades laborales para preservar industrias clave, contribuyendo a la base tributaria local y apoyando hospitales y clínicas para prevenir los desiertos de atención médica” detalla el estudio.
Sin embargo los líderes locales y las partes interesadas deben iniciar el diálogo para reconciliar a las voces nacidas en EU y las nacidas en el extranjero en un clima político y social responsable e inclusivo.
Las necesidades locales deben guiar el camino para abordar las inquietudes de las comunidades, incluidos programas de instrucción de inglés, servicios bilingües para familias inmigrantes e iniciativas orientadas a la interacción social intergrupal.
Las comunidades que han sufrido división y tensión pueden sanar y avanzar con un mínimo de planificación estratégica y algunos beneficios.
“Es cierto que los aumentos de población y los cambios demográficos pueden plantear problemas, por ejemplo, al exigir a las comunidades satisfacer una mayor demanda de bienes y servicios y satisfacer las necesidades de una población diferente, como los estudiantes del idioma inglés en la escuela”, establece el estudio.
Pero, al mismo tiempo establece que encontrar soluciones para satisfacer estas demandas y contrarrestar los desafíos puede considerarse una inversión, y no un costo, para el futuro crecimiento y sustento de una comunidad rural.
Con información de Center for American Progress
