A estas alturas de la campaña ya es posible tener una idea clara de cuáles son las propuestas económicas de Andrés Manuel López Obrador y saber que la mayoría de ellas son desatinos, promesas imposibles de cumplir o verdaderas barbaridades que afectarán seriamente el bienestar de los mexicanos.
No hay duda de que la AMLOeconomía nos llevará a una crisis de proporciones mayúsculas, que destruirá sectores productivos completos, que aumentarán el desempleo y la pobreza, que se caerá la inversión y que entraremos a una época oscura de la que tanto trabajo nos ha costado salir después de los desatinos y barbaridades de los años 7’s y 80s.
El centro de la AMLOeconomía es el combate a la corrupción para liberar recursos para alentar el desarrollo. “Vamos a reducir el gasto corriente que ha crecido mucho en los últimos gobiernos, para alentar la inversión pública para impulsar proyectos productivos, crear empleos y así lograr que haya crecimiento económico”.
AMLO dice que se roban 500,000 millones de pesos. Suponiendo que esa cifra sea cierta (no hay bases para calcularla), ese dinero no alcanza ni siquiera para los programas de subsidios que plantea en otro de sus proyectos y bajar el sueldo a la alta burocracia tampoco da los recursos suficientes para los proyectos de inversión que tiene en mente.
Uno de sus propósitos expresado en diciembre del 2017 dice que no tendrá injerencia en las decisiones de Banxico (que ya es independiente desde el sexenio de Ernesto Zedillo) y que habrá equilibrios macroeconómicos.
Claramente señala que buscará cero déficit.
La única forma de buscar cero déficit es reducir el gasto y aumentar los ingresos. Pero en la AMLOeconomía aumenta el gasto y no hay proyecto para aumentar los ingresos, ya que el propio AMLO dice que no habrá aumento de los actuales impuestos ni creación de nuevos.
Su cero déficit es claramente imposible y lo más seguro es que las finanzas públicas se desequilibren con rapidez.
Proyecta fijar precios de garantía a los productos agrícolas y que el país sea autosuficiente en maíz, frijol, arroz, trigo, sorgo, leche, carne de res y de cerdo, pollo, huevo y pescado.
Es un plan que traerá escasez y encarecerá los precios de esos esos productos. Ya una vez el país tuvo una necedad similar en el Sistema Alimentario Mexicano, SAM, de López Portillo y esos fueron sus resultados, carestía y encarecimiento, Un fracaso completo.
También se propone detener la caída en la producción de energéticos y derivados, modernizar las seis refinerías y construir dos nuevas.
Otra necedad.
La producción petrolera no se ha caído por gusto sino porque se agotó Cantarell, que ha sido el gran yacimiento que permitió producir 3 millones de barriles diarios. Sin él, la producción se ha venido para abajo y volverá a subir cuando den frutos los proyectos privados permitidos por la reforma energética.
El plan energético de AMLO es un fracaso hasta en papel.
No cabe la menor duda de que la AMLOeconomía es una economía de la la pobreza, la caída de empleos, la fuga de capitales y el regreso a épocas oscuras que pensamos habían quedado en el pasado.
Cuando el barco empiece a hacer agua AMLO dirá que le dejaron la economía colgada de alfileres. Y para qué proyecta quitárselos.
Hasta el próximo, lunes y mientras sígame en mi página de FB Perspectivas de Luis Enrique Mercado.
