El sueño americano conlleva grandes riesgos y sacrificios para los migrantes, uno de los sacrificios más grandes es dejar atrás una familia, lo cual, sumado a la falta de documentos en un país ajeno implica no poder reunirse con sus seres queridos y vivir con el anhelo de poder verse y abrazarse una vez más.
Es por eso que, desde su inicio, los programas re reunificación se han ganado un lugar importante en el corazón de la comunidad migrante en Estados Unidos, ya que ofrecen a los indocumentados la oportunidad de volver a verse con sus padres y madres tras décadas de estar separados.
Todos hemos visto estos gratos momentos, en los cuales con mariachis y flores nuestros paisanos reciben a sus padres, donde nietos conocen a sus abuelos y resaltan uno de los principales valores por los que son reconocidos los mexicanos, los vínculos familiares.
Sin embargo, obtener la visa no es sencillo y es común que durante los viajes a la embajada o consulados una buena parte de estos padres se queden con las ganas de poder reencontrarse con sus hijos.
Lamentablemente, ya sea por el gasto económico que representa el trámite o por la decepción de no conseguir el documento, varios padres dejan de intentar tramitar su visa después de uno o dos intentos, sin embargo, un no por parte de las autoridades consulares no significa el final de estas historias.
Tenemos casos como el de Juan Antonio León y María del Pilar Torres, un matrimonio al que no le importó que el documento les fuera negado en más de seis ocasiones y en su séptima entrevista por fin les fue aprobada la visa para ver a sus dos hijos, a quienes no ven desde hace 18 y 14 años.
De acuerdo con Mauricio Vázquez, colaborador del club migrante Pulso de Nueva York, es importante mantener la esperanza y continuar intentándolo, pues grupos como el suyo están dispuestos a volver a acompañarlos para que realicen su trámite las veces que ellos quieran, solo deben esperar seis meses para volver a realizar el trámite.
Recordó que juegan muchos factores para que las vías sean aprobadas o negadas, incluyendo el estado de ánimo del cónsul, y que mientras no se nos niegue la opción de realizar el trámite de la visa hay oportunidad.
El pasado 22 de febrero Conexión Migrante fue testigo de un caso en particular, una mujer que salió llorando de la Embajada en la Ciudad de México, y aún con cara de incredulidad nos contó que tras ocho intentos por fin pudo le fue aprobada su visa, por lo que ahora podrá ver a sus hijos en EU.
Mauricio nos recordó que una respuesta negativa en la embajada finalmente significa dinero y que mientras haya salud y voluntad de padres e hijos se debe seguir intentando.
