A don Asunción la Virgen del Tronquito le regresó la paz, lo alejó del alcoholismo y le devolvió a uno de sus tesoros más preciados: su hijo.
A un día de celebrar la fiesta del 12 de diciembre, Asunción Flores Romero, presidente de la Mayordomía Guadalupana de Passaic, recuerda con alegría, peor sobre todo fe, el momento en que María transformó su vida.
“Un vicio es muy feo, quien lo haya vivido sabe de qué estoy hablando (…) pero gracias a Dios y a la Virgen del Tronquito me volvió la vida”, señala en entrevista con Conexión Migrante.
El originario de Izúcar de Matamoros, Puebla, es parte del equipo que, desde agosto, ha luchado por recuperar la imagen de la Virgen de Guadalupe que se encontraba en “La Capillita” de Passaic, Nueva Jersey.
Un lugar para la María
“La Virgencita se apareció en 2003 entre las avenidas Madison y Hope. Anteriormente ese lugar estaba muy feo, había venta de drogas y prostitución; era una calle olvidada y que nadie transitaba”, relata Flores Romero.
Según el mexicano, alguien que pasaba por ahí notó en un tronco la imagen de la Virgen de Guadalupe, la noticia de la aparición se esparció como pólvora y pronto ese espacio se convirtió en un lugar para Santa María y sus devotos, principalmente de origen mexicano.
Con la autorización del entonces alcalde de Passaic, Samuel Rivera, los fieles construyeron una capilla para la Guadalupana, además pintaron un mural con imágenes alusivas a la Virgen y a la identidad mexicana.
Con el paso de los años “La Capillita” se convirtió en un punto de encuentro para la fe, al lugar asistían a diario decenas de fieles que, guiados por la esperanza, acudían a pedir un milagro.
“Es una imagen muy milagrosa, que todos queremos y respetamos, es del pueblo”, explica don Asunción.
‘Secuestraron’ a María
El 17 de agosto el hogar de la Virgen fue destruido, luego de que una cuadrilla de trabajadores del ayuntamiento desmantelara la capilla y convirtiera el lugar en un espacio gris.
Meses anteriores a la destrucción, el alcalde Héctor Lora había dado plazo hasta el 15 de agosto para que la Mayordomía moviera el altar, argumentando que estaba en un espacio público sin autorización.
Cumplida la fecha límite y sin el apoyo de ninguna autoridad, los guadalupanos presenciaron con tristeza la desaparición del recinto de fe y sobretodo, el de la milagrosa imagen de María.
“Vino un alcalde que no era creyente y desmanteló el lugar. Nos dio mucha pena que las autoridades del consulado mexicano no nos hayan apoyado”, dice Flores.
La Virgen del Tronquito fue entregada al sacerdote Jorge Rodríguez, párroco de la iglesia de Santa María, sin embargo, hasta la fecha no se sabe qué sucedió con ella, pues el presbítero se niega a entregarla.
Lucha Guadalupana
“Desde hace seis semanas nos hemos manifestado para que nos devuelvan la imagen, porque la Virgen es del pueblo”, señala don Asunción.
De acuerdo con el mexicano de 57 años, a la lucha por la imagen se ha sumado la fundación OLE, y su presidente, Alberto Lucero. Además de fieles colombianos, nicaragüenses, salvadoreños, dominicanos, guatemaltecos y puertorriqueños.
Los guadalupanos esperan que este 11 de diciembre la imagen sea devuelta, sin embargo, no es la primera vez que reciben una falsa promesa.
La luz que no se extingue
“Nosotros siempre decimos que con la imagen o sin ella vamos a hacer esta fiesta, porque ahí se apareció, en ese lugar está su espíritu y la fe de nosotros, los creyentes de corazón”, dice el presidente de la Mayordomía sobre los festejos marianos del martes.
Y es que en el lugar donde se encontraba “La Capillita” hay siempre una luz encendida. Con flores y veladoras, a diario recuerdan que ahí se hizo presente y se quedó la Virgen de Guadalupe.
Las festividades del 12 de diciembre ya están listas, con apoyo de decenas de voluntarios se ha conseguido comida y música. Existen permisos legales que avalan la realización de la celebración en la esquina de Madison y Hope.
En espera de que la Virgen del Tronquito les sea devuelta en cualquier momento, la Mayordomía ya tiene un lugar listo para ella. Se trata de un sitio ubicado muy cerca de donde ocurrió su aparición; un hogar que sus fieles prepararon para hacerle saber que siempre están listos para recibirla.
