La moneda está en el aire – Muchos de los que seguimos los indicadores económico, creímos que la inflación en este año llegaría alrededor del 5% y luego empezaría a descender; la propia, Junta de Gobierno creyó lo mismo y por eso se mostró tan cautelosa para aumentar la tasa de interés de referencia.
Pero al aumento en los precios de los energéticos, que fue detonante para que la inflación estallara se sumaron los efectos de la depreciación del peso, la revisión del salario mínimo, los aumentos de precios de los energéticos, del autotransporte, de las colegiaturas y llegamos al 6.30%, que es la inflación más elevada desde 2009.
En este panorama sí es factible que en este mismo año la inflación llegue a un máximo y luego empiece a descender, aunque habría que señalar que su evolución se ha mantenido más o menos constante.
Si observamos sólo la inflación de las primeras quincenas de cada mes de este año, luego del 1.51% de la primera quincena de enero, subió 0.33% en la primera de febrero, 0.35% en la primera de marzo; sorprendió el menos 0.15% de la primera quincena de abril; retomó su ritmo con 0.35% en la primera de mayo y bajó a 0.15% en la primera de junio.
Es posible que este último dato, de 0.15% sí indique que la inflación empezará a moderarse, pero habría que ver qué sucede en la segunda quincena.
Pero mientras todo eso pasa el Banco de México actuó y llevó la tasa de interés de referencia a 7%, lo cual significa un freno más al crecimiento de la economía.
Luego de un final muy bueno el año pasado, en los primeros tres meses el crecimiento se moderó y esta moderación continuó hacia el segundo semestre, en especial porque el consumo privado, que ha sido el principal motor de la economía se desaceleró.
De aquí en adelante la conducta de Banco de México es muy predecible: si la inflación sigue creciendo, Banxico aumentará la tasa de interés aunque eso le pegue al crecimiento económico. El Instituto Central actúa bajo la premisa, cierta, de que la peor enfermedad para una economía es la inflación y no está dispuesto a dejar que se convierta en crónica.
Si, por el contrario, ese virus empieza a debilitarse, Banco de México tendría espacio para empezar a bajar la tasa de interés y darle más oxígeno al crecimiento.
En esta ecuación hay dos factores preocupantes: lo que pase en las negociaciones del con un inestable como Trump sentado al otro lado de la mesa y las expectativas electorales hacia 2018.
Todo el equilibrio y la fortaleza que tiene en este momento la economía mexicana pueden desbaratarse si Trump empieza a golpear el TLC y a retrasar las negociaciones y si se consolida la apreciación de que AMLO es imparable.
Si eso sucede estaremos en verdaderos problemas, porque no bastará que suban las tasas de interés para que las cosas se mejoren.
Así que en realidad, la moneda está en el aire, la inflación sigue subiendo y hay incertidumbres que no se resuelven.
Hasta el próximo martes con nuevas…PERSPECTIVAS y no deje de seguirme en mi página de FB, Perspectivas de Luis Enrique Mercado.