El Padre Alejandro Solalinde se pronunció a favor de que en México sea creada la figura del Ombudsman de la Migración o bien del Ombudsman Migrante, ante el galopante incremento de asesinatos, secuestros, desapariciones, vejaciones, lesiones y extorsiones de la población inmigrante pero también de las y los connacionales radicados en Estados Unidos y que regresan a México, ya sea de vacaciones, repatriados o deportados.
Denunció que un ejemplo de estas arbitrariedades se cometió la semana pasada, por lo que presentó una queja ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), junto con el Albergue Hermanos en el Camino, ante la negligencia del personal del Instituto Nacional de Migración adscrito a la garita de San Pedro Tapanatepec, el cual impidió que una mujer embarazada de origen nicaragüense acudiera al médico para su atención urgente.
Como consecuencia, la migrante indocumentada perdió a su bebe de casi 40 semanas de gestación, por lo cual responsabilizó directamente al delegado del INM en la entidad, Marco Alfredo Cortes Corpus y a los agentes migratorios a su cargo, por la muerte del bebé.
“Perdió su bebé, no sabemos las condiciones de la señora, estaba acompañada de su hermana a quien deportaron de inmediato para evitar denuncias, mientras que a la madre -de nombre Silvia Regina Escobar Cali- le dicen que iban a darle oficio de salida para que se vaya rápido y entonces la convencieron de que se fuera y que no pasara al albergue”, expuso.
El nominado al Premio Nobel de la Paz, por su lucha a favor de los migrantes, expresó que el personal de migración debió permitir la atención de su salud de forma prioritaria, en las condiciones de embarazo en las que se encontraba merecía una visa humanitaria para acudir al nosocomio más cercano y evitar poner en riesgo la vida de ella y de su hijo.
“Acudí a verla pero no me lo permitieron, solamente logró ingresar la coordinadora regional de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Elizabeth Lara Rodríguez, ante quien puse una queja y adicionalmente también se violentaron mis garantías como defensor de derechos humanos, el reglamento y la ley prevén la entrada de representantes de la sociedad civil y de la Iglesia, ministros como yo, y por ninguna de las categorías o rangos me dejaron entrar, por eso la queja busca investigar qué pasó”, detalló.
En ese sentido, el sacerdote expuso que ante este y otros casos graves que vulneran la dignidad y la integridad de las personas migrantes, sería conveniente que existiera una figura de defensor específicamente para la atención de este sector, tanto de la inmigración que llega a México como de aquellos paisanos que son vejados durante su regreso a las comunidades de origen.
Refirió que la Quinta Visitaduría de la CNDH hace un esfuerzo por atender las denuncias, “pero no lo que se necesita, el personal de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, está hecho para un desempeño local pero no está preparado para ser itinerante, son más de escritorio, de atender papeles, se requiere de servidores públicos itinerantes aun cuando han existido algunos funcionarios que tiene mayor vocación de servicio, en general no es suficiente parle tamaño del problema”.
