La Oración del Migrante está dedicada a todos aquellas personas que han decidido abandonar su país en busca de un trabajo digno que les permita alimentar y vestir a su familia. Esta oración es pertinente hacia todos los creyentes de la Iglesia Católica, quienes buscan estar acompañados durante su travesía en caminos aún sin descubrir.
¿Cuál es la Oración del migrante?
Viajar hacia Ti Señor, eso es vivir,
Partir es un poco morir,
Llegar nunca es llegar definitivo hasta descansar en Ti.
Tú, Señor, conociste la migrancia,
Y la hiciste presente a todo hombre que comprende qué es vivir,
Y quiere llegar seguro al puerto de la vida.
Tú sacaste de su tierra a Abraham, padre de todos los creyentes.
Tú recordaste cuáles eran los caminos para llegar a Ti,
Por los profetas y los apóstoles
Tú mismo te hiciste Migrante del cielo a la tierra,
En el seno de tu Madre apenas concebido,
En tu precipitada fuga a Egipto, por los caminos sembrando,
El Evangelio, multiplicando el pan, sanando los enfermos,
Y regresando al Padre en tu ascensión.
Concédenos fe inconmovible, esperanza confiada y alegre,
Caridad ardiente y generosa, para emigrar con paz en el alma
Y llegar hasta Ti cada día y el último día.
Amén.
Ahora que ya sabes la oración del migrante, no dejes de encomendarte.
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Francisco Valdés Subercaseaux, atribuido de la Oración del Migrante
El Padre Francisco Valdés Subercaseaux, un referente espiritual para Chile, dedicó su vida a servir a los más desfavorecidos. Nacido en Santiago en 1908, ingresó a la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, donde destacó por su humildad y su compromiso social. Como primer obispo de Osorno, dejó una huella imborrable al abogar por los derechos humanos y fomentar la justicia. Su legado trasciende fronteras, inspirando a millones con su mensaje de esperanza y solidaridad.
Su profunda conexión con los más vulnerables se manifestó en gestos sencillos pero poderosos, se le atribuye de gran manera la Oración del Migrante. Esta plegaria, cargada de fe y esperanza, refleja la sensibilidad del Padre Pancho ante el dolor y las dificultades que enfrentan quienes se ven obligados a dejar su tierra. Su oración se ha convertido en un bálsamo para el alma de innumerables migrantes, quienes encuentran en ella un refugio espiritual y un llamado a la solidaridad.
