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OPINIÓN | Fidel, el último antiimperialista

OPINIÓN | Dr. Eduardo Bueno | Polítólogo, especialista en América Latina y el Caribe, y académico de la Universidad del Mar-Bahías de Huatulco, Oaxaca.

No se entiende la historia de América Latina en los últimos 60 años sin Fidel Castro Ruz. A favor o en contra, Fidel es de esas figuras históricas, cuyo paso por la vida, reorientó los procesos políticos e inspiró grandes oleadas de cambio social.

Representó casi hasta el final, la dignidad de América Latina ante los atropellos y abusos del imperialismo norteamericano, sus políticos reaccionarios y sus multinacionales saqueadoras. Pero también desató tempestades con su régimen de partido único y sus alianzas de la guerra fría.

Cuando hablaba Fidel, decía lo que todo latinoamericano, con un mínimo de conciencia política, desea escuchar de sus dirigentes nacionales. Reconocimiento, respeto, soberanía nacional, integración de los pueblos…

Con Fidel los millones de pobres que pueblan las ciudades y el mundo rural, tuvieron una voz que los expresara, que los hacía visibles, que los sacaba de los abismos de los pueblos vencidos y les devolvía la esperanza a través de la lucha política, que es como Fidel entendió la revolución.

No es el momento para citar sus grandes errores o fracasos, que los tuvo. Son momentos de reflexión y solidaridad con el pueblo cubano Fidelista.

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Quienes tuvimos la suerte de escucharlo en directo, en sus grandes discursos en el Palacio de Convenciones de la Habana o en la Plaza de la Revolución, sabemos que se marcha una figura proteica, mil veces atacado y difamado, y mil veces airoso en nombre de los perdedores de esta América Latina y del Caribe, que se resiste a ser solo una factoría donde se enriquecen unos cuantos, y el resto mal vive y sobrevive, guiados por la esperanza y el impulso de hombres como Fidel y la primera generación de revolucionarios cubanos.

¡Viva Fidel!
¡Viva Cuba!