Si te fuiste del país confiado en que tus ahorros y dinero estarían bien guardados en una cuenta bancaria corres el riesgo de que el fruto de tu trabajo vaya a parar a la beneficencia pública.
De acuerdo con la Ley de Instituciones de Crédito, si una cuenta pasa más de tres años sin movimiento, será abonada a una cuenta concentradora que cada institución tendrá para tal efecto.
Cuando se cumplen los primeros tres años sin movimientos los recursos son enviados a una cuenta concentradora donde se deja de pagar comisiones; si el interesado acude al banco puede recuperarlos.
Si luego de tres años no hay movimientos pasan a la Administración de la Beneficencia Pública (APBP), un organismo que depende de la Secretaría de Salud. Entonces ya no pueden ser reclamados.
Si es tu caso, la mejor alternativa es acertarte a tu banco para recibir asesoría, o bien, ingresar al portal de la Comisión Nacional de Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), donde te brindarán asesoría a través del buzón migrante.