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Madres y Familias Deportadas en Acción ofrece acompañamiento y soluciones a quienes regresan tras la repatriación

Madres y Familias Deportadas en Acción atiende a repatriados en Tijuana con apoyos básicos, documentos, despensas y acompañamiento emocional para reconstruir sus vidas.

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La organización Madres y Familias Deportadas en Acción atiende diariamente a personas que llegan a la frontera tras ser repatriadas de Estados Unidos. Su directora María Galleta explicó las principales necesidades que enfrentan.

En medio de un panorama complejo, la ayuda que brindan se concentra en alimentación, documentos, referencias laborales y alojamiento temporal. Madres y Familias Deportadas en Acción atiende casos de personas que llegan sin redes familiares.

Una labor constante de apoyo

La señora María Galleta comentó que la organización atiende diariamente entre 40 y 50 personas. En eventos especiales llegan a recibir más de cien, incluyendo familias completas.

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Explicó que la entrega de mochilas a 80 niños ciudadanos estadounidenses, junto con comida para sus familias, fue uno de los apoyos más recientes que brindaron.

Detalló que en cada ocasión se procura acompañar las entregas con alimentos, convivencia y espacios donde las familias puedan sentirse acogidas después de haber perdido mucho en su deportación.

“Yo no quiero ver eso porque me deprime ver todo lo que está pasando, llegan llorando porque perdieron todo, incluso hasta sus departamentos”, dijo.

La directora subrayó que el trabajo se sostiene gracias a donaciones en especie y al esfuerzo de voluntarios. También resaltó la necesidad de contar con más recursos para cubrir gastos básicos.

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Las necesidades urgentes en Madres y Familias Deportadas en Acción

Abundó que en el caso de las madres deportadas, estas llegan con carencias múltiples, y lo primero que requieren es documentación. El acta de nacimiento y la CURP se convierten en la puerta para reconstruir su vida.

La señora Galleta reiteró que muchas personas han vivido por décadas en Estados Unidos y regresan sin documentos, sin trabajo y con la urgencia de encontrar vivienda temporal.

Además de los papeles, la comida y la ropa son necesidades inmediatas. La organización prepara despensas con productos básicos, muchas veces comprados con fondos limitados de los propios activistas.

“Las necesidades son muchas: documentos, trabajo, ropa y comida. Lo principal siempre son los papeles, porque sin ellos no pueden avanzar”, explicó.

En este contexto, Madres y Familias Deportadas en Acción atiende a mujeres que enfrentan un doble reto: mantener a sus hijos en la precariedad y adaptarse a un lugar ajeno.

María Galleta, directora de Madres y Familias Deportadas en Acción. Foto: Janette De Los Reyes

Impacto emocional y la falta de atención psicológica

Por otra parte, señaló que el golpe emocional es uno de los factores más preocupantes. Las personas deportadas llegan desorientadas, tristes y con la autoestima profundamente lastimada.

Sugirió que debería existir un módulo con consejería psicológica inmediata para las familias repatriadas, pues el cambio de vida se convierte en un trauma constante.

Las madres deportadas, en particular, arrastran la preocupación por sus hijos, algunos ciudadanos estadounidenses que crecen sin certeza sobre su futuro educativo y social en México.

“Es un cambio muy duro para ellos, han estado viviendo en Estados Unidos casi toda su vida y aquí no tienen familia ni apoyo cercano”, comentó.

Esta realidad obliga a muchos a quedarse cerca de la frontera, donde creen tener más oportunidades de trabajo y, al mismo tiempo, mantener contacto con familiares del otro lado.

El reto de sostener la ayuda comunitaria

María Galleta abundó que las actas de nacimiento, necesarias para los recién llegados, cuestan entre 100 y 400 pesos, gasto que la organización asume constantemente.

Las despensas incluyen frijol, arroz, avena, lentejas y latería, productos adquiridos con recursos limitados o mediante apoyos de amigos y donadores de San Diego, California.

Las madres deportadas también reciben zapatos y ropa usada en buen estado. Todo esto permite que al menos tengan lo básico para sobrevivir durante los primeros meses.

“El apoyo que brindamos depende mucho de donaciones de amigos, pero aún así hacemos despensas aunque sea dos veces al mes”, detalló.

Madres y Familias Deportadas en Acción se convierte en un salvavidas para cientos de personas que, tras ser deportadas, llegan a Tijuana con las manos vacías.

Madres y Familias Deportadas en Acción se encuentra frente a la garita El Chaparral, en la plaza Nueva Tijuana. De igual manera, las personas que así lo requieran, pueden ser referidas desde los diversos albergues para migrantes que hay en la ciudad.

Autor(a)

Vivo en la frontera México y Estados Unidos. Mujer de 35 años, estudié Ciencias de la Comunicación y llevo cinco años en el periodismo abordando temas como migración, cultura y derechos humanos. En otra de mis facetas, busco contribuir al registro periodístico de la escena musical independiente que se gesta en Tijuana.

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