Más del 40% de las fichas de búsqueda en Baja California son de migrantes desaparecidos, afirma colectivo

La coordinadora del colectivo Una Nación Buscando-T, Angélica Ramírez, explicó que más del 40% de las fichas de búsqueda en Baja California son de migrantes desaparecidos, cuyas familias enfrentan enormes dificultades para buscarlos.
Las familias de migrantes desaparecidos deben trasladarse desde otros estados o países con sus propios recursos, pues las instituciones locales no les garantizan apoyo ni seguimiento adecuado en sus casos.
El alto porcentaje de migrantes desaparecidos en la región
Angélica Ramírez advirtió que los migrantes desaparecidos representan entre el 40 y 50% de los casos en Baja California, lo que refleja una crisis invisibilizada por las autoridades.
“Hay personas que ya se establecen aquí, que ya tienen uno, dos, cinco, diez años y desaparecen pero se quedan sin familia, o tienen más que en el extranjero o en otros estados. A muchos de ellos nadie los busca”, abundó.
Aseguró que las familias de migrantes suelen carecer de recursos para desplazarse, lo que provoca que muchos casos nunca se denuncien y se conviertan en carpetas olvidadas en las fiscalías.
El colectivo Una Nación Buscando-T acompaña a familiares que llegan desde el sur del país o desde naciones extranjeras, quienes en muchas ocasiones desconocen los procesos legales locales.
Los migrantes desaparecidos enfrentan un doble abandono, pues además de la pérdida de sus seres queridos, sus familias deben costear viajes, hospedaje, alimentación y hasta pruebas genéticas.
Ramírez señaló que incluso cuando logran presentar denuncias, las autoridades cuestionan a los familiares por no haber acudido antes, lo que retrasa más las investigaciones y genera revictimización.
Migrantes desaparecidos y la indiferencia institucional
La coordinadora del colectivo que opera principalmente en Tijuana, lamento que ni la Comisión de Búsqueda ni la Fiscalía de Baja California ofrecen acompañamiento real a las familias, dejando que estas enfrenten solas la carga de la desaparición.
Las familias migrantes llegan a Tijuana sin redes de apoyo ni recursos, y muchas veces deben dormir en la calle o recurrir a comedores comunitarios para sobrevivir.
Comentó que en lugar de garantizar búsquedas efectivas, las autoridades limitan la atención a videollamadas esporádicas, donde se informa que los expedientes no tienen avances significativos en las investigaciones.
“Las familias viajan con el corazón destrozado, invierten lo poco que tienen y se encuentran con oficinas cerradas, funcionarios indiferentes y expedientes estancados que nunca muestran progreso”.
Ramírez enfatizó que el Estado excluyó a los migrantes de la Ley de Desapariciones, lo que dejó a cientos de familias en completa indefensión ante la burocracia institucional.

Nacionalidades y orígenes de las personas desaparecidas
La coordinadora detalló que entre los migrantes desaparecidos se encuentran personas originarias de Colombia, Brasil, El Salvador, Ecuador y Chile, cuyos familiares enfrentan serias dificultades para trasladarse hasta Baja California.
El traslado internacional de restos o la simple búsqueda implica gastos inalcanzables, lo que deja a las familias extranjeras atrapadas en procesos lentos, costosos y emocionalmente devastadores.
A nivel nacional, Ramírez señaló que existen familias provenientes de Veracruz, Oaxaca, Ciudad de México, Ciudad Juárez, Monterrey y Acapulco que buscan a sus desaparecidos en Tijuana.
“Los nombres de las ciudades y países se repiten, pero la indiferencia institucional también: las familias llegan con esperanza y se topan con puertas cerradas constantemente”.
El colectivo Una Nación Buscando-T ha registrado casos de migrantes desaparecidos de casi todas las entidades del país, lo que muestra la magnitud del problema en Baja California.
La atención que necesitan las familias
Angélica Ramírez subrayó que lo ideal sería que las instituciones ofrecieran traslados, hospedaje, alimentación, atención psicológica y acompañamiento jurídico a las familias, para que solo se concentren en buscar.
Actualmente, los colectivos intentan cubrir las necesidades básicas de las familias, pero sus recursos son limitados y no logran cubrir la magnitud de la problemática.
“Las familias merecen un protocolo real, con transporte seguro, refugios confiables y personal sensible, no solamente promesas vacías que se repiten año tras año sin resultados”, exigió.
Además calificó como “un sueño guajiro” que se cuente con el diseño de una casa de refugio especializada, con seguridad y apoyo integral, sería un avance fundamental para quienes viajan cientos de kilómetros en búsqueda de verdad.
Ramírez concluyó que garantizar apoyo a las familias de migrantes desaparecidos no debe verse como un lujo, sino como una obligación del Estado frente a la crisis humanitaria.
