No es caridad: la propuesta de Reyna Carretero para los albergues migrantes
“No estamos dando ninguna caridad, lo que estamos haciendo es ofreciendo, como se ofrecen las llaves de la ciudad a los huéspedes distinguidos, ¿Por qué va a haber huéspedes distinguidos de una cierta índole cuando también los migrantes son nuestros huéspedes distinguidos?”- Reyna Carretero

¿Qué pasaría si en lugar de tratar a las personas migrantes como un problema que resolver, las recibiéramos como personas que tienen algo que aportar? Más que refugios improvisados, se necesitan espacios dignos, interculturales y con sentido de comunidad. Lugares que reconozcan a quienes migran no solo como personas en situación vulnerable, sino también como portadoras de historias, conocimientos y cultura.
María Reyna Carretero Rangel, creadora de la Ley de interculturalidad, atención a migrantes y movilidad humana de la Ciudad de México, compartió con Conexión Migrante su propuesta para mejorar la manera en que se reciben las personas migrantes. Su iniciativa busca que los albergues dejen de ser espacios improvisados o de emergencia, y se conviertan en lugares dignos, pensados desde la hospitalidad, la comunidad y el respeto por la diversidad cultural.
¿Cómo deberían ser los albergues, según la propuesta?
Reyna plantea que los albergues deben ofrecer condiciones que permitan a las personas migrantes sentirse bienvenidas, seguras y respetadas. Para ello, propone espacios amplios, con jardines, patios, cocinas grandes y habitaciones cómodas, inspirados en los tradicionales cafés Magrebíes, lugares donde la vida se comparte en comunidad.
Algunas de las características propuestas son:
- Espacios interculturales con clases en diferentes idiomas.
- Cocinas comunitarias donde las personas migrantes puedan preparar comida típica de sus lugares de origen.
- Zonas comunes para actividades culturales, narración de historias y talleres.
- Un ambiente que no las haga sentirse alejadas de su identidad ni de sus raíces.
Para Reyna “estas condiciones no son menores. Hacen toda la diferencia entre personas que vienen de una travesía sumamente difícil y muchas veces al borde de la muerte.”
¿Dónde estarían ubicados estos albergues?
María propone que los albergues estén ubicados en zonas de tránsito clave, como las terminales de autobuses de Tasqueña, Observatorio y Central del Norte, así como en alcaldías que aún cuentan con espacio, como Iztapalapa, Tláhuac y Xochimilco.
Además, no solo ha pensado en dónde deberían construirse estos albergues, sino también en cómo deberían llamarse, cómo lucirían y qué actividades se llevarían a cabo en ellos.
Ejemplo: “El Huerto del Barzaj” en Iztapalapa
Uno de los proyectos propuestos es un albergue en el Cerro de la Estrella, en Iztapalapa. Este espacio llevaría el nombre de El Huerto del Barzaj, una palabra árabe que significa “entre tierras”, en referencia al momento de transición que viven las personas migrantes o trashumantes, como Reyna prefiere llamarles, pues son personas en constante traslado.
Este albergue tendría:
- Un huerto urbano, donde la comunidad cultive hierbas aromáticas, como menta y albahaca para infusiones.
- Un patio central con jardines y fuentes.
- Un café cultural con actividades como poesía, cine comunitario y talleres.
- Espacios donde adultos mayores compartan sus saberes con jóvenes.
Pero, ¿Cómo se sostendrían estos albergues?
Uno de los posibles retos es el financiamiento. Para resolverlo, Reyna propone que los mismos migrantes, formen cooperativas de comida, donde preparen y vendan platillos típicos de sus países. La comunidad local podría acudir a estos espacios, generando ingresos y promoviendo el intercambio cultural. Todo esto, con acompañamiento y supervisión del gobierno.
¿Por qué hablar de hospitalidad?
La propuesta parte de una idea fundamental: todas las personas merecen ser recibidas con dignidad, sin importar su origen o condición. María Reyna recuerda que incluso quienes migran con recursos pueden ser discriminados, y que la hospitalidad puede marcar una gran diferencia en la experiencia de una persona en tránsito.
Además de apoyar a las personas migrantes, estos albergues serían espacios útiles para las comunidades locales. Promoverían la convivencia, el aprendizaje mutuo y la integración social. Serían lugares vivos, donde se comparta cultura, saberes y experiencias.
“La hospitalidad es importante en un mundo trashumante en donde la movilidad y la migración es el futuro de la humanidad, no solamente por necesidad, sino porque las nuevas generaciones quieren conocer todo el mundo”- María Reyna.
Migrar no es fácil. Quienes se ven forzados a dejar su hogar lo hacen muchas veces huyendo de la violencia, del hambre, del miedo o de la pobreza. Su camino es largo, incierto y, muchas veces, peligroso. Llegan con cansancio, con miedo, pero también con esperanza. Y esa esperanza merece ser cuidada.
Las personas migrantes no son cifras ni excepciones. Son seres humanos con historias, saberes, lenguas, tradiciones y sueños. La propuesta de María Reyna va más allá del diseño de albergues, es un llamado a ver con otros ojos a quienes migran, a recibirles no solo con recursos básicos, sino con el reconocimiento pleno de su humanidad y su derecho a pertenecer.
Por eso, Reyna Carretero hace un llamado respetuoso pero urgente a las autoridades de la Ciudad de México para que escuchen esta propuesta, la estudien y abran un diálogo sincero. Y también invita a la sociedad civil, a los vecinos y a quienes comparten la ciudad día a día, a replantear la forma en que miramos y recibimos a quienes llegan de lejos.
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