Después del anuncio de la muerte del papa Francisco, esta mañana del 21 de abril, comienza un período conocido como “Sede vacante” en el que el gobierno de la institución recae en manos del colegio de los cardenales. Este período, está regido por un principio conocido como “nihil innovetur”/que no se innove nada.
El gobierno de la Iglesia queda a cargo del Colegio de los Cardenales donde solamente se podrán atender asuntos ordinarios o inaplazables, pues el colegio no tiene ninguna potestad o jurisdicción sobre las cuestiones que corresponden al Sumo Pontífice.
¿Quién elegirá al nuevo pontífice después de la muerte del papa Francisco?
Cuando muere un papa, el decano del Sacro Colegio Cardenalicio convoca una reunión de todos los cardenales con derecho a voto, que son aquellos menores de 80 años. Según las normas que rigen el proceso, este cónclave debe comenzar 15 días después de que queda vacante la sede, aunque el Colegio de Cardenales puede establecer otra fecha que no debe superar los 20 días desde la muerte del pontífice anterior.
Los cardenales tienen que hacer la elección en persona, lo que para muchos implica viajar a la Roma. Una vez que comienza el cónclave no pueden irse hasta que el proceso terminó y no tienen permiso de hablar con gente que esté fuera de la reunión.
¿Cómo es la elección?
Históricamente hubo tres métodos para elegir al papa: por aclamación, por compromiso o por escrutinio. Sin embargo, los dos primeros se eliminaron por lo que la única vía actual es la votación individual y secreta de los cardenales.
- El proceso suele iniciar con una misa matutina especial en la Basílica de San Pedro. Por la tarde se dirigen en procesión a la Capilla Sixtina para iniciar la votación.
- Se reparten boletas a cada uno de los cardenales, quienes escriben el nombre de su candidato seleccionado debajo de las palabras “Eligo in Summen Pontificem”, que significa “elijo como sumo pontífice”. Luego, uno a uno, por orden de antigüedad, se acercan a un altar y depositan ceremoniosamente sus papeletas en un cáliz.
- Los cardenales no pueden votar por sí mismos. La votación es secreta, pero los votos se cuentan abiertamente.
En 1996 Juan Pablo II prohibió cualquier dispositivo de grabación en el encuentro y ordenó que los técnicos revisaran la Capilla Sixtina para asegurarse de que estaba libre de micrófonos o cámaras cuando comenzaban las votaciones.
¿Cuántos votos debe tener el próximo pontífice?
Si un cardenal recibe el voto de dos terceras partes del cónclave, se convierte en el nuevo papa. Si eso no sucede, se repite la votación una vez más ese mismo día.
Si aún no hay papa, en el segundo y tercer día del cónclave pueden llevarse adelante cuatro votaciones, dos en la mañana y dos en la tarde. El cuarto día se destina para un descanso dedicado a la oración y el debate, y la votación puede seguir durante siete rondas más.
¿Cómo se da a conocer el resultado al público?
Después de algunas rondas de votaciones, las papeletas van a un horno. Si nadie ganó, se añade al fuego una sustancia química para que el humo salga negro y de esa manera el público sabe que todavía no hay papa. Y en caso de que ya haya una decisión, el humo saldrá balnco.
El ganador debe aceptar la decisión para que sea válida y a continuación elegir el nombre que usará como papa. El cardenal más longevo anuncia la noticia a la multitud que suele reunirse en la Plaza de San Pedro, donde suele decir: “Nuntio vobis gaudium magnum: habemus Papam” (Les anuncio con gran alegría: tenemos Papa) y allí aparece el nuevo pontífice para bendecir a la comunidad.
Con información de Aciprensa
