De acuerdo con los datos que actualmente contamos, el poblamiento de América tiene al menos 40 000 años. Lo que significa que el tiempo que tienen las migraciones en el continente, transitando sin obstáculos salvo los que ponía la geografía, en busca de las mejores condiciones para la vida.
El largo y majestuoso proceso de domesticación del maíz y el frijol inicio 35 000 a. C., base fundamental de la civilización mesoamericana. Mientras eso se lograba la organización para la subsistencia fue a partir de bandas de cazadores-recolectores y pescadores, que una vez que agotaban los recursos disponibles en la zona se movían. La movilización humana es parte fundamental de México y del continente en su conjunto. Las migraciones han contribuido a humanizar el paisaje del continente: poniéndole nombre a los territorios, sus montañas, valles y ríos; experimentando con la alimentación, domesticando a la fauna;
describiendo y anticipando los fenómenos naturales que permiten mantener la vida; incluso poniendo en palabras lo que va más allá de la razón y que se describe mejor a través de la poesía y el canto.
Para ver el libro “Nueva historia mínima de México”, del Colegio de México ilustrado, da clic aquí.
La civilización Mesoamericana, inicio 2 500 a.C, lo que la coloca entre las grandes civilizaciones del mundo. Los pueblos y comunidades que genéricamente se les llama como indígenas mantienen viva esa gran matriz civilizatoria hasta la actualidad. Sobrevivieron y resistieron a la invasión española así como a los múltiples intentos por desaparecerlos, marginarlos y excluirlos. Han sido 500 años de confrontación entre quienes la mayoría de la población que se nutre y recrea con la cultura mesoamericana y quienes se consideran superiores y herederos de una matriz cultural extrajera.
De acuerdo con el último Censo (2020), se estima que 23.2 millones de personas de tres años en adelante, se identificaban como indígenas en México, a lo cual habría que sumar a todas aquellas personas que sin considerarse indígenas, si se identifican con la gran diversidad de rasgos culturales que provienen de la civilización mesoamericana, ese es el México Profundo, que sigue siendo mayoría en el país, pero también el conjunto de la población que más ha sido afectada por los gobiernos que se ocuparon más de la corrupción y el saqueo de las finanzas públicas
Contrario a lo que los prejuicios y la discriminación suponen la presencia de la población indígena es más que evidente en todas las regiones del país, en todas las clases sociales, profesiones, actividades económicas, niveles de estudio, cultura y deporte. Actualmente es insostenible la visión caricaturesca que por décadas presentaron los medios de comunicación dominantes, y cada vez se hace más urgente superar el racismo y la discriminación.
Al igual que en México, en los EU es necesario que se superen prejuicios y visiones discriminatorias, que hagan posible reconocer la gran riqueza cultural y aporte económico de los pueblos y comunidades indígenas que han migrado en búsqueda de una mejor situación de vida, como lo han venido haciendo por miles de años. Y no se trata solo de considerar a los hablantes de lenguaje, sino considerar a todas aquellas personas que se reconocen como herederos y encarnan los valores y formas de vida de la matriz civilizatoria mesoamericana.
Superando el racismo y la discriminación se puede avanzar en reconocer la presencia y aporte del Mexico profundo migrante al desarrollo económico, social y cultural de los EU. El México profundo ha sido históricamente defensor de una civilización que propone una relación más sostenible y sustentable con la naturaleza, que tanto nos hace falta en estos días. Otra vez, darán respuesta al desafío del presente y el futuro.
Una visión real de la historia de nuestra América, que se remonta a miles de años, nos será muy útil para construir nuevas vías de comunicación que el autoritarismo y el fascismo quieren cerrar. La cerrazón y la violencia no le han traído nada bueno al mundo y a la gente, por el contrario han propiciado la guerra y las crisis económicas, con altos costos para la población.
Afortunadamente hay mucha gente en EU que se queda fascinada y sorprendida con la comida, música, formas de trato y relación, amor por la naturaleza y sentido de comunidad que pueden observar en pueblos y comunidades migrantes. Hay señales que identificar, aún estamos a tiempo.