16 de abril de 2025

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Apuntes de la Diáspora | ¿A dónde te nos fuiste, dearest Kamala?

Kamala, ¿Dónde estabas cuando había que llamar a hordas de votantes para que no tomara el poder una persona sin educación ni empatía?

Observar a través del filtro violeta, es decir, con perspectiva feminista, vuelve a ser necesario en esta narrativa de racismo, clasismo y machismo que sufren las mujeres migrantes.

El machismo que representa el sistema patriarcal subyugante en boca de personas sin educación ni empatía, como Trump y sus aliados, Netanyahu, Putin, y una serie de sujetos que detestan sobre todo a las mujeres y su empoderamiento, a las mujeres esclavas absolutas de la humanidad, personas de segunda que sirven para servir sin que medie el respeto a su individualidad y autonomía, mujeres objeto que no son ni serán capaces de ser iguales, simplemente porque no lo merecen, dicen estos tristes individuos que las usan como muñequitas o calcetines para satisfacer sus deseítos cortos, pusilánimes, de niñatos fofos, pobrecitos niños a los que su propia madre no deseó, porque nunca se enteró que era arder en el fuego del deseo y luchar por ello.

Ahora más que nunca las minorías se ven amenazadas por discursos de odio, discursos tan torpes, tan decadentes que, para tantísimos millones de humanos es difícil creer, y sin embargo ahí están, a todo volumen, escupidos por gente nefasta, por gente de la que jamás pensamos tendríamos que volver a saber, ahí están, amenazando más que nunca las conquistas del feminismo, y permitiendo, en su coyuntura, la radicalización de pseudo feminismos que deciden si un ser menstruante es lícito y uno que no lo es para considerarse mujer.

El discurso especializado divide, y entre más especializado, divide más, porque categoriza, así de simple. Las mujeres migrantes (me pregunto honestamente qué mujer no lo es) las mujeres migrantes dentro de la barbarie que viven tienen que actuar y exigir desde los postulados feministas en todo momento y bajo cualquier circunstancia, en orden de poder lograr una vida digna.

Cualquier circunstancia en las que ellas tengan que decidir, únicamente se verá afirmada con dignidad si sus derechos son respetados de manera absoluta. La autonomía, igualdad y la plena libertad de decisión sobre su cuerpo, su sexualidad, sus creencias. La oportuna señalización cuando se es violentada, el derecho a defenderse, el no callar, sacar el miedo a gritos, porque no volverán a pasar, porque si a alguien le interesa que estos tipos, estos enanos emocionales convertidos en líderes mundiales no vuelvan a pisotearnos a nosotras, las mujeres.

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¿Dónde diablos estabas Kamala, mientras Trump manipulaba las pseudoconciencias con discursos plagados de mentiras, dónde estaba tu compromiso con quienes tuviste que representar: mujeres, negros, minorías y animar desde la conciencia para que fueran a votar en hordas por un cambio real, dónde estaba tu ética, tu agradecimiento con tus ancestros sacrificados, colgados de árboles como frutas podridas por desobedecer, dónde estaba tu sentido de dignidad y justicia, la exigencia de NUNCA MÁS?

Ah sí, dearest Kamala, estabas desmemoriada, o tal vez sedada, en tu sillón de privilegios sin entender que para tus potenciales votantes la tibieza y el confort de lo políticamente correcto nunca serán suficientes.