Hace unos años, la humanidad se vio colocada en una situación sumamente compleja que le obligó a replantearse todo, a moverse de lugar, ante el nuevo escenario que implicó la pandemia por COVID-19; fue una situación sumamente estresante, cuyos efectos aún seguimos tratando de explicar y comprender. La humanidad, una vez más, tuvo que reconfigurar las formas de convivencia, los acuerdos y las reglas, pero también recurrir a viejas herramientas y recursos para sobrevivir y recuperar la esperanza: hacer memoria, cooperar, practicar la solidaridad y el bien común.
Desafortunadamente, muchos empresarios se dedicaron a acrecentar sus ganancias, viendo en la situación de confinamiento una oportunidad para sus negocios, esos son los mismos que apoyan las deportaciones (en todas las latitudes del mundo), incluso con la deshonestidad de traicionar a sus empleados o clientes, que en algunos casos son los mismos.
Quizá en ese comportamiento estuvo el germen del mal que nos aqueja en estos días: el virus de la intolerancia, aunque tampoco es un mal que nos resulte desconocido, pues la humanidad ya ha luchado contra el fascismo en otros momentos de la historia.
Cuando empezó la pandemia hubo miedo porque sabíamos muy poco del virus y mucho menos sobre cómo enfrentarlo y vencerlo, a lo que se sumó la difusión de noticias falsas que lo único que hacían era incrementar el temor. Seguramente habríamos actuado distinto si hubiéramos contado con la información y experiencia que ahora tenemos. México fue de los países que más dosis de vacunas repartió sin costo, como parte del gasto en salud del gobierno y con unos mega operativos de vacunación impresionantes. Ahora tenemos muchas herramientas para enfrentar una situación límite como fue la pandemia.
La amenaza de las deportaciones masivas buscan infundir miedo y parálisis en la gente, y como pasó con la pandemia, lo está logrando en un primer momento, por lo que es tiempo de echar mano de todos los recursos que desarrollamos. Una de las primeras estrategias fue recuperar la tranquilidad, buscando información veraz, verificada, evitando exponernos a noticias catastrofistas que solo buscan el sensacionalismo, y evitando también difundirlas.
Otra estrategia muy importante fue establecer protocolos de protección, como el uso de cubrebocas y de gel antibacterial, ahora lo que se debe portar en todo momento es de la información sobre el apoyo legal y orientación de los consulados y oficinas de México, para recurrir a ello en caso necesario, por ejemplo, la UNAM está ofreciendo esa orientación en su sitio accionmigrante.unam.mx
Una estrategia muy importante para la vida, en este momento tan difícil o para cualquier otra situación es contar con un plan financiero, que incluye ahorrar, gastar con prudencia, la protección y salvaguarda de los recursos, para lo cual es bastante interesante lo que está ofreciendo la nueva tarjeta del FINABIEN.
Con tantas herramientas tecnológicas en la actualidad es muy importante contar con un respaldo digital de la documentación más importante, así se puede tener acceso a ella sin importar el lugar en que se esté. Frente a la incertidumbre, establecer rutinas, horarios y tareas.
Las labores diarias y el orden exterior contribuyen a que logremos orden y tranquilidad interior. Si en los primeros días hasta el sueño se nos fue, ahora hay que recuperar el horario para dormir y descansar pues hay mucho que construir, resistir y por lo cual luchar. Incluso es muy importante recuperar el tiempo para el juego, el esparcimiento y el disfrute de la cultura en familia o en comunidad.
Hablar, ponerse de acuerdo, acordar planes de contingencia, alternativas para enfrentar la adversidad, tocar temas complejos, fue algo que nos ayudó mucho en el confinamiento por el COVID. Pero también es tiempo de hablar y transmitir tranquilidad a niñas y niños, de recordar la historia del pueblo de México que siempre encuentra ocasión para hacer fiesta, ayudar y reunirse con los demás. Donde se cierra una puerta, habrá que construir un montón de ventanas y nuevas oportunidades.
México y los mexicanos son increíblemente resilientes, con una capacidad impresionante de sobreponerse a la adversidad y resistir, como nos lo muestra que en los últimos días, se ha hecho súper viral un joven cantautor que para conseguir su sueño trabajo como parte del servicio de limpieza de las calles de la Ciudad de México: Macario Martinez. ¿Ya escucharon su canción? Se llama “sueña lindo, corazón”. Creo que todavía hay muchas razones para conservar la esperanza. Soñemos lindo.