La migración es un fenómeno global que afecta a millones de personas en todo el mundo, pero cuando se trata de niñas y adolescentes, las dificultades se multiplican. En América Latina y otras regiones del mundo, las niñas migrantes enfrentan no solo los desafíos inherentes al desplazamiento forzado, sino también una serie de riesgos específicos vinculados a su género y edad.
Tendencias migratorias de las niñas y adolescentes migrantes 2024
De acuerdo con la Unidad de Política Migratoria, de enero a junio de 2024, 13,737 niños y adolescentes de entre 0 y 17 años fueron repatriados de Estados Unidos a México. Esto representa un aumento del 0.2% con respecto a la misma cantidad registrada en los mismos meses de 2023. De esa cantidad, 4,108 eran niñas y adolescentes.
Por su parte, el gobierno de México ha registrado 84,927 niñas, niños y adolescentes migrantes de entre 0 y 17 años. Esto representa un aumento del 115.8% con respecto a la cantidad de migraciones irregulares de niñas, niños y adolescentes en los mismos meses de 2023. De ese porcentaje, el 48.3%, es decir, 41,012 eran niñas o adolescentes.
En tanto, el gobierno de México ha repatriado a 2,840 niñas, niños y adolescentes entre enero y junio de este año. Esto representa una disminución del 7.7% con respecto a lo observado en los mismos meses de 2023 (3,076 casos). El 94.2% de las niñas, niños y adolescentes repatriados en este periodo de 2023 tenían nacionalidades de países de América Central, principalmente Guatemala, Honduras y El Salvador.
Razones por las que las niñas y las adolescentes migran
Según datos recientes de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), cada vez más niñas y adolescentes forman parte de los flujos migratorios, ya sea por razones económicas, familiares o de seguridad. Muchas de ellas huyen de contextos de violencia, pobreza extrema y falta de oportunidades educativas. Sin embargo, el camino hacia un nuevo país está lleno de peligros, que van desde la violencia sexual y de género hasta la explotación laboral y el tráfico de personas. Aquí algunas razones:
- Homicidios: A partir de 2011, el triángulo norte, que comprende Guatemala, Honduras y El Salvador, se convirtió en la región más violenta del mundo. Entre 2017 y 2018, El Salvador registró una tasa de homicidios de menores de 18 años de 12.7 por cada cien mil habitantes. Por su parte, Honduras registró una tasa de 7.1 y Guatemala, 4.8.
- Extorsiones: Al igual que los homicidios, el delito de extorsión ha aumentado en los últimos años en la región de Centroamérica.
- Violencia dentro de las familias: La violencia en el núcleo familiar afecta a la niñez y provoca el abandono del hogar.
- Conflictos ambientales: La implementación de proyectos extractivistas ha provocado que los recursos naturales de su lugar de origen sean explotados, limitando el acceso a los mismos.
- Brechas salariales: Los salarios en la región latinoamericana no alcanzan para cubrir los gastos básicos, como alimentación, vestido y educación, entre otros.
Vulnerabilidades específicas
Las niñas y adolescentes que migran por América Latina enfrentan múltiples peligros debido a su vulnerabilidad por su edad y género. Aquí te detallo algunos de los riesgos más comunes que estas menores enfrentan durante su travesía migratoria:
- Violencia física y sexual: Uno de los mayores peligros para las niñas migrantes es la violencia de género. Durante su trayecto, muchas son víctimas de abuso físico y sexual.
- Trata de personas: Las redes de trata suelen aprovecharse de su situación de desprotección, engañándolas o forzándolas a caer en trabajos forzados o en la prostitución. Muchas veces, estas niñas desaparecen en manos de estas organizaciones criminales.
- Violencia de grupos criminales y pandillas: Muchas rutas migratorias están controladas por grupos delictivos que extorsionan, secuestran o violentan a los migrantes. Las niñas pueden ser reclutadas por la fuerza por pandillas o utilizadas como moneda de cambio en conflictos entre organizaciones criminales.
- Separación familiar: En muchos casos, las niñas viajan solas o son separadas de sus padres por las autoridades migratorias, lo que las deja aún más expuestas a peligros. Esta separación también puede tener un impacto emocional profundo en ellas, generando traumas difíciles de superar.
- Detención en centros migratorios: En algunos países de tránsito o destino, las niñas y adolescentes migrantes corren el riesgo de ser detenidas en estaciones migratorias, donde las condiciones a menudo son inhumanas.
La Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), en su último informe sobre la niñez migrante en la frontera norte y otro en la frontera sur, emitió las siguientes recomendaciones a los países de tránsito y destino de la migración:
- Que niñas, niños y adolescentes tengan acceso a una educación y no tengan que salir de su país.
- Programas sociales en los países de origen para familias en riesgo de migrar.
- Que no haya corrupción en los gobiernos, para que apoyen a las personas y así prevenir la migración.