Hasta hace unos años, en las solicitudes de trabajo, las personas ponían que una de sus actividades favoritas era leer. Leer es una actividad considerada un valor. ¿Pero por qué será así, por moda, por qué está bien visto? La lectura además de requerir procesos de atención largos, es una herramienta que nos permite aprender sobre diversos temas y desarrollar habilidades sin, probablemente, darnos cuenta cabal de estos procesos.
En la literatura: narrativa, poesía, dramaturgia y ensayo; el lector tiene que esforzarse por desarrollar la imaginación ante las descripciones, ya sea del escenario, el paisaje, los personajes, la psicología de éstos, etc. Durante la narración y los diferentes conflictos que se presentan, o bien las epifanías o las catarsis, los lectores, incitados por el autor, van realizando estrategias, quiero decir, van creando el texto implícito desde su perspectiva, su historia de vida, su capacidad.
Con la lectura viajamos por el mundo o el espacio, a países o planetas desconocidos a bordo de todo tipo de vehículos, a través de todas las épocas, vamos a la guerra o a vivir a una isla, nos convertimos en marineros o en cucarachas, morimos y resucitamos: el metaverso es su territorio. En esta aventura ninguna persona imagina las cosas de la misma forma, mi barco de velas no será igual al tuyo, cada uno le pondrá lo que más le plazca, lo creará a su gusto, su educación estética, y así, como si nada, ya entramos en el terreno de la filosofía, la ontología, la retórica, así, sin darnos cuenta, la literatura nos condujo por los pasadizos secretos del pensamiento humano, cuestionó nuestra ética, desarrolló nuestra capacidad de empatía, nos cuestionó profundamente sobre nuestros motivos existenciales.
Todas las habilidades que la lectura fomenta, implícitas y explícitas, nos permiten estar mejor capacitados para la vida. Tener diversas perspectivas, sin imponer nuestros prejuicios, en la forma de observar una situación determinada, nos permite la flexibilidad necesaria para solucionar conflictos. La literatura fomenta nuestra autonomía y el pensamiento crítico, nos permite ser capaces de pensar por nosotros mismos, eso, se llama libertad, y cuando somos libres no hay prisiones que nos limiten.