Este día concluyó el ciclo escolar para la primera generación de la escuela Ciudad de Dios operada por la fundación Love Does.
Esta institución opera dentro del albergue para personas migrantes Embajadores de Jesús, en Tijuana.
Más de 130 menores terminaron su ciclo en los distintos grados de la educación básica, algunos de ellos continuarán en agosto y otros tantos se seguirán con su camino migratorio junto a sus familias.
Enseñanza integral para la niñez migrante
Ciudad de Dios de la fundación Love Does, está integrada por ocho grupos de primaria y secundaria a la que asisten menores de entre 6 y 16 años.
Antonio Guzmán es un profesor que migró a Tijuana hace casi 30 años y encontró la forma de aportar a la enseñanza de los menores desplazados.
Es encargado de dos de los grupos y además de enseñar sobre los temas básicos de matemáticas y español instruye sobre cómo preservar el ambiente.
“Vine a hacer unos trámites, pero quise quedarme a conocer unos días y nos contactaron con el hermano pastor (Gustavo Banda, director del albergue), y le planteé la situación.
Le dije que Dios me había llamado para servirle y aparte soy predicador y desde ese día estoy participando en el albergue en todo lo que se pueda”, comentó.
Ciudad de Dios, una escuela que opera como cualquier otra
El hecho de que la escuela Ciudad de Dios se encuentre dentro de un albergue no significa que carece de la formalidad que requiere.
Fue en abril de 2023 cuando quedó instituida de forma oficial y gracias a profesores voluntarios sus asistentes contarán con la documentación necesaria que compruebe su aprendizaje.
Si bien hoy los estudiantes participaron en el cierre del ciclo escolar, en las próximas semanas iniciará el periodo de re inscripciones.
Embajadores de Jesús, la suma de esfuerzos y buenas voluntades
Embajadores de Jesús es el albergue para personas migrantes más grande de Tijuana y cuenta con una población superior a los mil 200 personas, operando a un 80% de su capacidad.
Actualmente entre sus residentes hay más de 400 menores, no todos en edad escolar. Las familias llegaron en su mayoría provenientes de Michoacán y Guerrero.
Sin embrago también residen personas de otros países, principalmente centroamericanos y el trabajo comunitario en todas sus áreas ha sido primordial para su funcionamiento.
Actualmente el lugar sigue en proceso de mejora en sus instalaciones para poder ofrecer más y mejor alojamiento a las personas que así lo requieran.