7 de febrero de 2025

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La historia del burro-cebra de Tijuana: Entre la tradición y la curiosidad

El burro-cebra ha sido por el paso de las décadas una figura atractiva para las personas que visitan Tijuana en plan turístico.

En Tijuana una de las figuras más icónicas y que está por desaparecer es la de los “burro-cebra” estos animales con una dualidad adquirida que llama la atención de quienes llegan a esta ciudad.  

El burro-cebra y su historia turística  

Durante los años 30 y 40 la migración trajo consigo una nueva energía a Tijuana marcada por la apertura de negocios y atracciones turísticas que buscaban capturar la imaginación de los visitantes, en su mayoría estadounidenses.  

Entre estas innovaciones se destacaron los burro-cebra, una ingeniosa creación local que combinaba la simplicidad de los burros con el exotismo de las cebras africanas. 

La idea surgió como respuesta a la creciente afluencia de turistas que buscaban experiencias únicas en Tijuana durante la época de la Prohibición en Estados Unidos. 

Los fotógrafos locales, siempre atentos a las oportunidades comerciales, comenzaron a pintar a los burros con rayas blancas y negras, imitando el patrón distintivo de las cebras.  

Esta transformación no solo captó la atención de los visitantes, sino que también se convirtió en un fenómeno cultural y turístico en la ciudad. 

Los burro-cebra rápidamente se convirtieron en una atracción emblemática en la Avenida Revolución, el corazón del entretenimiento en Tijuana.  

Los turistas, atraídos por la idea de tomarse fotografías junto a estos inusuales “animales africanos”, contribuyeron a su popularidad.  

Las imágenes de visitantes posando con los burro-cebra se volvieron un recuerdo preciado de su paso por la ciudad fronteriza, llevando consigo un pedacito de la excentricidad y diversión de Tijuana. 

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Una atracción que está por extinguirse 

Con el paso de las décadas, los burro-cebra han perdurado como parte del folclore urbano de Tijuana y un referente para quien llega a esta ciudad fronteriza.  

Sin embargo, el turismo ha cambiado y hoy son pocos los burros pintados que quedan disponibles en la Avenida Revolución.  

Actualmente existen grupos animalistas que buscan erradicar el uso de los burro-cebra y que deje de ser un atractivo turístico e incluso proponen que sean cambiados por figuras inmóviles.  

Lo cierto es que los días de que los burros están en exhibición, no falta el turista que llega para aprovechar y tomarse una foto con ellos.  

Los burro-cebra representan no solo una curiosidad histórica, sino también una conexión con la creatividad y la cultura local que define a esta ciudad única en su tipo. 

Los burro-cebra son uno de los atractivos turísticos que prevalecen en Tijuana con el paso de las décadas.
Caminando en la avenida Revolución de Tijuana aún puedes encontrar un par de estos ejemplalres.
Foto: Janette De Los Reyes