Tijuana.- Con tamales, juegos de mesa y la clásica rosca, migrantes compartieron la tradición del Día de Reyes en el albergue Border Line Crisis Center.
En el espacio actualmente viven mujeres provenientes Guerrero, Chiapas y El Salvador, varias de ellas acompañadas de sus hijos e hijas.
Dentro del albergue se vivieron ambas caras de la moneda, por una parte, niños tristes porque Los Reyes no le traerían el regalo que querían.
Mientras que, al contrario, el resto de los menores no tenían idea de lo que representa la festividad ya que desconocían la tradición.
Un Día de Reyes diferente
En Tijuana, el 6 de enero se resume en ser una fecha para compartir la rosca de reyes con alguna bebida caliente.
Los niños y niñas no reciben regalos, ni escriben cartitas. Eso se realiza en Navidad.
Bajo este contexto, la población del albergue vivió un Día de Reyes distinto a sus tradiciones de origen.
Susi (nombre creado por seguridad), llegó desde Chiapas con miras a cruzar a Estados Unidos y tiene tres meses esperando su cita de CBP-One.
“Allá nosotros no creemos en los Reyes, nadie lo celebra y vienes aquí y las cosas son distintas”.
Niños y niñas, quienes más viven la tradición
Actualmente en el albergue hay 10 niños, muchos de ellos recién llegados ya que una gran parte de familias cruzaron a Estados Unidos recientemente.
La mujer comentó que una noche antes de la celebración, algunos menores lloraban porque Los Reyes no llegarían.
“Su mamá les dijo que Los Reyes no sabían la dirección; ellos (los niños) quisieran tener lo que tenían antes… pero todo cambia”.
La rosca también es un postre nuevo para parte de esa comunidad por lo que se les explicó a los menores el porqué de las figuritas.
Estudiantes contribuyen a tradición de Día de Reyes en el albergue
Karla y Fernanda son estudiantes del sexto semestre de preparatoria de la Preparatoria Federal Lázaro Cárdenas y encabezan un proyecto de servicio social nombrado “Nosotras”.
Como integrantes de la segunda generación del proyecto visitaron por primera vez el albergue Border Line no solo para llevar una donación sino para elaborar dinámicas.
Durante la tarde del sábado compartieron actividades de convivencia, juegos tradicionales mexicanos como “lotería” y “serpientes y escaleras”.
Previniendo que parte de la niñez migrante no conocería el contexto del Día de Reyes, llevaron fotocopias con ilustraciones alusivas para que los menores colorearan.
“Convivimos con los niños para que no se sientan aislados y consideramos sano que pinten a mano para que se desarrollen en lo motriz”, comentó Fernanda.
La convivencia continuó hasta el momento de partir la rosca y compartir chocolate caliente probaron tanto las residentes como sus hijos e hijas.
