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Un enfoque integral, clave para mejorar los servicios de interpretación médica

Foto de Emree Weaver / Yakima Herald-Republic
Mejorar los servicios de interpretación médica es posible si se supera una de las barreras para los latinos en consulta: el idioma | Por Santiago Ochoa, Report for America corps member, Yakima Herald-Republic

YAKIMA, Washington – Cuando María Guadalupe Díaz-Lisaola y su esposo, Refugio Cepeda, van a una cita médica, es generalmente un asunto serio. A través de los años, Díaz-Lisaola y Cepeda han tenido fallas y transplantes de órganos, cáncer y cirugía a corazón abierto.

Esta cita es diferente. Dentro del consultorio de su especialista, las conversaciones fluyen entre risas en medio de una puerta entreabierta.

No es frecuente que Díaz y Cepeda, quienes no hablan inglés, puedan tener el tipo de conversaciones abiertas que llevan a bromas con sus proveedores de atención médica.

Esta vez, sin embargo, se reúnen con Bertha Lily González, especialista en diabetes de habla hispana con quien han creado una estrecha relación desde que se mudaron hace dos años de Tijuana, México.

González revisa el brazo derecho de Díaz, que se hinchó el doble de su brazo derecho. Cepeda dice que estaba preocupado por ella. Recuerda un momento, antes de que se mudaran a Washington, cuando llevaba a su esposa a sus citas de diálisis.

“Yo me sentaba afuera en un cerrito a llorar. Andaba preocupado por ella y sin gasolina para las citas”, dijo Cepeda. “Es una cosa muy horrible, pero hacemos todo juntos. Ya vamos a cumplir 50 años de casados”.

“Somos una pareja de mucho tiempo. No más que él se le hacen muchos años, por eso dice 50, pero son 47”, responde Díaz. Los tres se ríen de la amorosa corrección de Díaz.

Como otros miles de personas que solo hablan español en donde viven, Díaz y Cepeda se benefician de tener acceso a un profesional de la salud que habla su idioma y comparte su cultura.

A medida que los latinos constituyen un mayor porcentaje de la población del condado de Yakima, los hospitales y proveedores de atención médica adaptan sus servicios para satisfacer sus necesidades. En años recientes, esto ha significado combinar servicios presenciales y electrónicos para eliminar una de las barreras más básicas de la atención médica para personas que no hablan inglés: el idioma.

Foto de Emree Weaver / Yakima Herald-Republic
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Barreras sociales

En los últimos 50 años, la población hispana en Estados Unidos se multiplicó seis veces, de apenas 10 millones de habitantes en 1970 creció a más de 60 millones en 2020. Durante ese tiempo, los hispanos han enfrentado una serie de barreras en la atención médica que originó uno de los peores resultados de salud en el país. El idioma, la educación, la economía y la cultura se encuentran entre los obstáculos.

Estudios de Pew Research Center muestran que, aunque la matrícula hispana en instituciones de educación superior como colegios universitarios y escuelas de comercio se ha más que duplicado desde el año 2000, los hispanoestadounidenses son menos propensos que los negros, blancos y asiáticoestadounidenses a inscribirse en la universidad o tener una licenciatura.

Estas condiciones conducen a salarios más bajos y limitan las oportunidades profesionales para los latinos, lo que a su vez lleva a una falta de acceso a la atención médica. Según un informe de la Oficina del Censo de Estados Unidos de 2022, el 17.7% de los latinos en Estados Unidos no tenían seguro de salud, esto es más del triple del 5.7% de personas blancas sin seguro en el país.

Latinos en el condado de Yakima

En el condado de Yakima, que es 52% hispano y en gran parte agrícola, los sistemas sanitarios locales han tenido que adaptarse a las necesidades de la población. Según la Oficina del Censo, en 2021, 37.000 hispanohablantes en el condado de Yakima se describieron a sí mismos como hablantes de inglés “menos que muy bien”, un término usado por esta oficina para identificar a la población con dominio limitado de inglés.

Durante y después de la Segunda Guerra Mundial,  trabajadores migrantes mexicanos se mudaron al valle de Yakima para ayudar a satisfacer la gran necesidad de trabajadores agrícolas. Esa necesidad sigue hasta hoy con los cultivos de manzanas, cerezas, espárragos y uvas.

Desde esos primeros migrantes en los años 1940, la población latina en el condado de Yakima se ha incrementado a 130.000 personas. En pequeñas comunidades como Granger, Toppenish y Wapato, los latinos representan más del 80% de la población.

Foto de Emree Weaver / Yakima Herald-Republic
Foto de Emree Weaver / Yakima Herald-Republic

Asegurando atención médica

Para servir a esta comunidad, hospitales y proveedores de atención médica utilizan intérpretes y traductores presenciales, además servicios de interpretación por video que conectan a los pacientes con intérpretes a través de audio o video.

“No podría hacer mi trabajo adecuadamente sin tener acceso a esos servicios”, dijo Amber Shapton, enfermera y proveedora de atención primaria en Yakima Valley Farm Workers Clinic, un centro de salud que atiende a alrededor de 180.000 personas en Washington y Oregón.

Shapton, oriunda de Tennessee y quien no habla mucho español, ha dependido de intérpretes empleados por Farm Workers durante los últimos 10 años.

Como la mayoría de otros sistemas de salud en el área, Farm Workers Clinic cuenta con una combinación de intérpretes médicos, proveedores de salud bilingües y servicios en línea para garantizar que los pacientes que hablan español puedan entender claramente las palabras y consejos de su doctor.

Mirando hacia el pasado, cuando trabajaba en Tennessee, Shapton dijo que no tenía acceso a intérpretes presenciales y que a menos que un paciente llevara a un miembro de la familia quien pudiera interpretar, una consulta generalmente consistiría en que Shapton trataría de comunicarse con su paciente usando su limitado conocimiento de terminología médica en español.

En Yakima, dijo Shapton, siente que sus pacientes tienen una buena comprensión de sus condiciones de salud. 

“No siento que un paciente se vaya de la clínica sin saber realmente qué pasa con su salud o cuál es el plan a seguir”, dijo Shapton. “Sé que saben cómo tomar sus medicamentos, sé que entienden lo que hacemos dentro de la visita. Definitivamente creo que esta es una mejor atención general para el paciente”.

Foto de Emree Weaver / Yakima Herald-Republic
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La Dra. Jennifer Maxwell, directora clínica médica de la Clínica dental de Farm Workers en Yakima, dijo que la presencia de intérpretes médicos durante una cita puede prevenir que se comparta información incorrecta.

“He visto pacientes que toman sus medicamentos de forma incorrecta. Pueden pensar que tienen un cáncer horrible cuando en realidad es algo benigno”, mencionó Maxwell. “También puede pasar lo contrario. Algunas personas se van sin entender la gravedad de su diagnóstico. Realmente cualquier situación que pueda imaginar, puede verse exacerbada por una falta de comunicación”.

En hospitales como MultiCare Yakima Memorial, el más grande del condado, y en Farm Workers Clinic, se le pregunta a los nuevos pacientes sobre su idioma de preferencia cuando programan su primera cita.

Se agrega una nota a los registros médicos del paciente. Para los pacientes que hablan español, esto significa que todas las citas, documentos de alta, recetas y comunicaciones serán en español.

Aprendiendo a adaptarse

Angelina García, gerente del programa de acceso al lenguaje en el hospital Memorial, ha trabajado como intérprete médica certificada por seis años. Dijo que trabajar con los mismos proveedores médicos de forma consistente le permite conocer sus patrones del habla y sus preferencias sobre cómo transmitir la información.

“Es mucho más fácil y mucho más fluido cuando conocemos al proveedor y cómo habla con sus pacientes”, dijo García. “Por lo general, te sientes más cómodo cuando interpretas para el mismo proveedor de forma consistente”.

Shapton dijo que como proveedora de salud, el acceso consistente y a largo plazo a servicios de interpretación como los que se ofrecen en Farm Workers Clinic la han hecho una mejor comunicadora.

Aunque no habla español, ha trabajado con la misma intérprete por casi una década. A través de esa relación, ha aprendido cómo escoger sus palabras para que la interpretación sea más fácil y más clara para sus pacientes.

“Hay un beneficio en eso. Mi MA (asistente médica) con la que he trabajado durante los casi 10 años que he estado aquí, anticipa lo que voy a decir”, dijo Shapton. “Por ejemplo, siempre digo las mismas cosas cuando hablo de estreñimiento. Así que cuando hablo de eso, ella anticipa lo que voy a decir según el tema que estamos hablando”.

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Bertha López, directora de diversidad, equidad e inclusión en Memorial, dijo que el hospital no solo cuenta con personal dedicado a servicios de interpretación y traducción, sino también para determinar la demanda de esos servicios y la mejor forma de utilizarlos. 

Conexión Migrante
Foto de Emree Weaver / Yakima Herald-Republic

 López mencionó que en el apogeo de la pandemia de  COVID-19, las disparidades y deficiencias de salud a nivel nacional sobresalieron por la manera en que las poblaciones minoritarias fueron afectadas de forma desproporcionada por el virus. Las tasas de infección y hospitalizaciones fueron más altas entre las personas de color.

Esas tendencias se mantuvieron en el condado de Yakima,  según informes emitidos por el Departamento de Salud estatal, obligando a los hospitales a adaptarse al aumento de la demanda. “Tuvimos que cambiar mucho en nuestros sistemas para poder atenderlos”, recordó López.

López dijo que Memorial se asoció con una empresa que se especializa en tecnología que permite monitorear a distancia los signos vitales de los pacientes. Cuando se combinó con herramientas de telesalud como interpretación remota por video, los proveedores pudieron comunicarse con los pacientes y minimizar el contacto. Estas tecnologías se incorporaron a los protocolos de Memorial después de que la amenaza de COVID disminuyó.

En años recientes, dijo López, se ha ofrecido a los proveedores de salud la oportunidad de estudiar y presentar el examen para la certificación de intérprete médico. Tanto Memorial como Yakima Valley Farm Workers Clinic usan ALTA, un servicio que ofrece exámenes de idioma y evaluaciones de competencia para proveedores que desean certificarse como intérpretes médicos o que desean aprender otro idioma.

Memorial ofrece estos cursos a proveedores en todo su sistema de salud. González, especialista en diabetes de Díaz y Cepeda, trabaja en la clínica Cornerstone y cuenta con su certificación ALTA. 

En 2022, dijo López, más de 50 proveedores de atención médica aprobaron el examen de aptitud de ALTA.

Farm Workers Clinic también ofrece a sus doctores, enfermeras y otros proveedores elegibles para licencia sabática, un programa de inmersión del idioma español en Guatemala. El programa, Asociación Pop Wuj, envía proveedores de salud para brindar sus servicios médicos en el este de Guatemala.

Foto de Emree Weaver / Yakima Herald-Republic
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Las perspectivas de los pacientes

Díaz y Cepeda tienen más de 60 años. Se mudaron a Yakima, donde viven sus cuatro hijos, en 2021. Decidieron mudarse de México cuando su salud comenzó a deteriorarse de forma rápida. Necesitaban acceso a una mejor atención.

“Allá nos estábamos muriendo (México)”, dijo Cepeda. “Tuve un problema con mis tiroides bien serio. Perdí 24 kilos allá. Yo nomás me la pasaba enfermo en un sillón”.

Aunque sus experiencias con Memorial han sido positivas en su mayoría, la pareja dijo que han tenido citas en otras clínicas en donde no había intérpretes disponibles.

“Nos preocupamos por eso y todavía tenemos preocupación”, dijo Cepeda. “A veces vamos a una clínica y no hay intérpretes y ahí es donde se batalla. Batallamos porque el doctor nos pregunta una cosa y nomás nos quedamos viendo uno al otro sin hablar. Ellos no nos entienden y nosotros tampoco”.

Cepeda y Díaz dijeron que el acceso a la salud disminuye por completo si no pueden comunicarse con su proveedor.

Díaz dijo que en múltiples ocasiones ha tenido problemas comunicando a su proveedor de atención médica que sus venas son difíciles de encontrar cuando tratan de hacerle un goteo intravenoso. En esos casos, dijo que la han picado varias veces en ambos brazos sin éxito.

“Me duele. No sé qué están haciendo ni por qué”, dijo Díaz. “Les digo que mis venas son débiles, pero no me entienden”.

Cuando ha tenido acceso a un intérprete, Díaz dijo que ha comunicado sus preocupaciones y los doctores han hecho los ajustes necesarios, insertando la aguja a la primera con éxito.

González estuvo de acuerdo. Ella ha visto cómo poder comunicarse con pacientes que tienen dificultades para expresarse en inglés puede lograr mejores resultados de salud y mejores relaciones paciente-proveedor.

“Cuando encuentras a alguien que habla tu idioma, el respeto, la confianza y la voluntad de aprender sobre tu propia salud vienen después”, dijo González. “He tenido pacientes que me dicen que están motivados para hacer cambios en sus dietas y otros hábitos cuando realmente pueden entender cuáles son esos cambios”.

(Foto de Emree Weaver / Yakima Herald-Republic)
(Foto de Emree Weaver / Yakima Herald-Republic)

Determinando las necesidades

En el hospital Memorial, García dijo que trabaja con otros gerentes de acceso al lenguaje en otros hospitales en el estado para evaluar cómo satisfacen las demandas de los servicios de interpretación y determinar cuáles son los métodos que funcionan.

El grupo — Seattle Area Interpreting Leaders — está compuesto principalmente por hospitales en el este del estado. Durante sus reuniones mensuales, García dijo que los miembros intercambian ideas y conocimientos sobre dónde encontrar intérpretes que hablen idiomas diferentes y, a veces, poco comunes. Agregó que como intérprete en el condado de Yakima puede concentrarse principalmente en los servicios en español, un lujo que sus colegas no tienen.

García dijo que el lenguaje de señas estadounidense, el vietnamita, cantonés y coreano son los otros idiomas más comunes que hablan los pacientes que necesitan servicios de interpretación.

Aunque los servicios no son gratis, López dijo que su costo es principalmente subsidiado por fondos estatales y federales. Añadió que ninguno de los costos de traducción e interpretación son pagados por los pacientes. A cambio de la financiación, Memorial está obligado a ofrecer los servicios a cualquier persona que los necesite.

López dijo que el hospital también monitorea estadísticas como del tiempo en que los pacientes regresan al hospital después de 48 horas para ver si alguien retorna por razones como no poder entender las instrucciones de alta. Esto ayuda al hospital a determinar cuáles son los cambios que necesitan hacer en su servicio de lenguajes. 

“Estamos buscando métricas de calidad que nos ayuden a identificar cómo necesitamos desarrollar servicios para nuestros pacientes y ver si son equitativos y si pueden ayudar a los pacientes a superar las barreras que tienen”, dijo López.

Entre 2019 y 2020, García dijo que el uso de servicios de interpretación en Memorial tuvo un incremento de 303%.

Otras métricas compiladas por Memorial muestran que los servicios de interpretación se están generalizando y son usados casi exclusivamente por hispanohablantes, incluso en 2022, cuando se permitieron más visitantes después de las restricciones de la pandemia.

En 2022, García dijo que el 91% de los minutos de videointerpretación se dedicaron a interpretar español. En minutos de interpretación por teléfono ese número fue del 96%. Combinados entre video y teléfono, Memorial proporcionó casi 270 000 minutos, más de medio año de tiempo dedicado a la interpretación. En 2018, dijo que ese número era de unos 5000 minutos.

(Foto de Emree Weaver / Yakima Herald-Republic)
(Foto de Emree Weaver / Yakima Herald-Republic)

Produciendo resultados

Cuando termina su cita con González, suena el teléfono de Cepeda.

“Me van a hablar en inglés,” dice después de ver su teléfono.

González toma su teléfono y contesta por él. “Hello, this is Refugio’s phone. Do you speak Spanish?” (Hola, este es el teléfono de Refugio. ¿Habla español?), pregunta.

La respuesta es no. González dice “alrighty” (está bien) y toma un lapicero y papel.

Díaz y Cepeda, que tienen otra cita con el médico en media hora, dicen que pasan todo el día atendiendo llamadas sobre citas de seguimiento, recetas y otros asuntos de su salud.

“Cada vez que estamos con Lily y recibimos una llamada, ella nos ayuda a obtener toda la información, ya que no siempre están en español”, dijo Díaz. “Es una gran ayuda. Necesitamos más proveedores como ella, necesitamos más intérpretes. Así es como podemos cuidarnos a nosotros mismos”.

Este artículo forma parte de “Más que Palabras” una iniciativa de Report for America en la que redacciones que cubren las comunidades latinas en ocho estados unieron fuerzas para analizar el impacto de las barreras de lenguaje en el avance social, económico y educativo de los latinos y los esfuerzos a nivel local por cerrar esta brecha. 

Este proyecto es posible gracias al apoyo de

Conexión Migrante

 

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