Este 21 de marzo se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial y en el marco de este día vale la pena recordar las prácticas discriminatorias actuales que dificultan el ejercicio pleno de los derechos de las personas migrantes racializadas y afectan su vida de manera negativa; contribuyendo a su criminalización y obstaculizando su integración a la sociedad del país de destino.
En este sentido, una de las manifestaciones más comunes y dañinas de la discriminación que afecta a las personas migrantes es el perfilamiento racial. De acuerdo con el CONAPRED, el perfilamiento racial sucede cuando un agente encargado de hacer cumplir la ley considera sospechosas a las personas por su aspecto físico, ya sea por el color de su piel, su origen étnico o nacional, su religión, etc., y no por su comportamiento.
Aunque el perfilamiento racial es algo que afecta a todas las personas racializadas, en las personas migrantes resulta determinante en su situación y experiencia migratoria. Es decir, los agentes migratorios, se basan en características físicas para imponer o no controles migratorios, para determinar el estatus legal de una persona, para hacer detenciones y arrestos y/o para tomar decisiones sobre la deportación.
Que el aspecto físico de alguien lo haga sujeto a revisiones o justifique acciones de control, vigilancia o sanciones es una práctica ilegal, que vulnera derechos (derecho a no ser sometido a discriminación racial, a la igualdad ante la ley, a la libertad de tránsito…) y va en contra del marco jurídico nacional e internacional. A pesar de esto, sigue siendo una práctica muy común a nivel global.
A continuación, se destacarán algunos ejemplos de cómo el perfilamiento racial afecta a las personas en México y Estados Unidos.
En Estados Unidos, sobre todo en algunos estados como Arizona, los ocupantes de vehículos que tenían características físicas consideradas “latinas” tenían 26 veces más probabilidades de que se les pidiera una identificación que aquellos ocupantes de vehículos de apariencia blanca. Esta tendencia que tiene la policía en EE. UU. de perfilar racialmente a las personas latinas y afrodescendientes conduce a un número mayor de arrestos de estos grupos poblacionales. Por lo tanto, no debería sorprender que año tras año los latinos y afrodescendientes estén sobrerrepresentados entre las personas deportadas de este país.
En México sucede lo mismo. Los agentes migratorios detienen e interrogan a personas que ellos consideran que no pertenecen al estereotipo de un mexicano. Como siempre las personas de comunidades indígenas y afrodescendientes son las más afectadas —incluyendo a personas mexicanas y/o con estancia legal en México. Son numerosos los ejemplos de personas mexicanas que son deportadas a países que no son suyos por culpa del perfilamiento racial que hacen las autoridades migratorias. El racismo es tan fuerte que a pesar de que tengan un documento que acredite su identidad y nacionalidad, las autoridades lo consideran falso, porque para determinar la nacionalidad de alguien es más confiable el tono de piel y aspecto físico que tener una identificación oficial.
