Las OSC enfocadas en el tema migratorio en México, además de trabajar directamente en el apoyo y acompañamiento a personas migrantes también realizan una importante labor de incidencia política y de defensa de los derechos humanos de las personas migrantes.
En este sentido, la amplia protección que este grupo poblacional goza a nivel legislativo es, en gran parte, resultado de la labor de estas organizaciones que trabajan diariamente desde hace varias décadas para hacer esto posible. De hecho, actualmente, México es un país reconocido por su amplia legislación enfocada en la protección de los derechos de las personas en situación de movilidad, y se puede decir que esto es gracias a las OSC. Sin embargo, cabe destacar que la existencia de leyes no implica que se estén cumpliendo.
Por esta razón, las OSC dedicadas a la incidencia y defensa de derechos también se han asegurado de que la población migrante se visibilice y se tome en cuenta, tanto en las políticas públicas como en el presupuesto, ya que las leyes son inservibles si no van acompañadas de acciones concretas por parte del gobierno.
El ejemplo más reciente fue el papel que jugaron en las nuevas reformas de la “Ley de Migración”. Las OSC fueron actores clave en el diseño de estas reformas que entraron en vigor en enero 2021, y que entre sus más grandes logros está la prohibición de la detención de niñas, niños y adolescentes en estaciones migratorias.
Desafortunadamente, esta importante labor de incidencia y de presión al gobierno para evitar violaciones a derechos humanos, han resultado también contraproducentes para las OSC.
Alzar la voz implica en ocasiones criticar las acciones del gobierno, y esto ha tenido como consecuencia la criminalización de las organizaciones defensoras y de los activistas, lo cual termina por dificultar la colaboración y cooperación entre el gobierno y sociedad civil.
Esto es un problema porque, para que la atención a la población migrante sea integral y se garanticen sus derechos humanos, es fundamental que el gobierno y sociedad civil trabajen en conjunto para que su labor se complemente.
En primer lugar, las OSC llenan un vacío dejado por el gobierno en la provisión de servicios —en ocasiones siendo más eficientes que el propio gobierno en esta labor. Sin embargo, también hay que considerar que es el mismo Estado el que establece las condiciones previas, marcos legales y políticos, para que existan las organizaciones de la sociedad civil y limita las acciones que pueden llevar a cabo.
Ni el gobierno ni las OSC lo pueden hacer solos, las alianzas resultan necesarias. Por esta razón, es importante la creación de alianzas y la colaboración entre los dos sectores, debido a que las acciones de las OSC no pueden ni pretenden reemplazar al Estado y la eficiencia de sus acciones y objetivos depende de la relación que tengan con el gobierno.
