Al hablar de las causas de la migración, generalmente se menciona a la violencia en las comunidades de origen o a la falta de oportunidades y acceso a derechos; sin embargo, hay que tomar en cuenta también a los proyectos extractivistas y el papel que juegan en el despojo de comunidades enteras.
Históricamente, gran parte del desarrollo económico de América Latina se ha basado en la extracción y posterior exportación de los recursos naturales. Esta forma que hemos asumido como necesaria para el desarrollo, resulta tener impactos negativos en la sociedad, el medio ambiente y la economía de los Estados.
Además, esta explotación de recursos produce migraciones ya sea de manera directa o indirecta. De manera directa, la migración es resultado de la expropiación forzada de tierras por medio de la fuerza, es decir, los militares y la policía han despojado comunidades enteras para poder destinar estas tierras a proyectos extractivistas.
De manera indirecta, estos proyectos también despojan comunidades debido a los efectos que tienen en el medio ambiente. Por ejemplo, a pesar de que en México hay escasez de agua, existen 576 proyectos mineros en acuíferos con déficit hídrico. Entonces, en casos en donde los proyectos no sacan a la fuerza a la población, los dejan sin agua o les contaminan acuíferos subterráneos y ríos.
Lo mismo sucede con la construcción del Proyecto Tren Maya. Más de mil 281 hectáreas de terrenos de propiedad privada planean ser expropiadas para la construcción de este proyecto sin reconocer que se trata de un territorio indígena habitado y sin tomar en cuenta los efectos que este proyecto tendrá en las comunidades ahí establecidas.
¿Cuáles son los beneficios de los proyectos extractivistas?
Los beneficios que generan estas actividades económicas son escasos a comparación de las consecuencias irreversibles que tienen para las personas y el medio ambiente. Se justifican con la promesa de un desarrollo futuro para la comunidad y compensaciones de empleo.
Sin embargo, la realidad muestra que solamente benefician a las empresas llevando a cabo el proyecto y al gobierno en turno a través del pago de impuestos.
Además, hay que resaltar que estos proyectos no afectan a todos por igual, los grupos más perjudicados son:
- Indígenas
- Afrodescendientes
- Campesinos y
- Mujeres
Es decir, grupos de personas que ya se encuentran en condiciones de vulnerabilidad.
Desafortunadamente, debido a lo arraigado que se encuentra el extractivismo como una de las principales actividades económicas en América Latina, su erradicación no es fácil, sobre todo debido a la falta de voluntad política.
Por esta razón, resulta contradictorio que países como México y Estados Unidos sigan impulsando acciones para “frenar la migración de raíz” destinando millones de dólares en ayuda a comunidades, mientras al mismo tiempo las expulsan de sus tierras e implementan políticas migratorias que les impiden buscar oportunidades en otros lugares. Los gobiernos despojan comunidades y simultáneamente les impiden moverse.
Así, mientas continúen las prácticas y proyectos extractivistas, los desplazamientos forzados seguirán en aumento.
