Muchos católicos siguen la tradición de encender una vela o una veladora cada día primero del mes para la Divina Providencia.
De hecho, algunos se preparan desde los últimos días del año comprando 12 velas y llevándolas a bendecir para mantener este ritual católico.
Claro, no se queda ahí: también acuden a misa, hacen oración a la Divina Providencia e, incluso, depositan una ofrenda en la alcancía especial que hay en la mayoría de los templos.
Puedes reconocer esa alcancía porque tiene tres ranuras.
¿Por qué se enciende una vela a la Divina Providencia?
Según la fe católica, la Divina Providencia es el amor de Dios mismo, quien creó el Universo e influye en él para el socorro de la humanidad.
Así, el encender una vela cada primero del mes es una forma de agradecer a Dios por todo lo que provee: alimento, salud, vestido y muchas otras necesidades que satisface, incluso sin que se lo pidan.
Pero hay que tener cuidado: hace algunos años la Arquidiócesis de México ya hacía un llamado a “no contaminar” con otras creencias la tradición de bendecir las doce velas que cada primero de mes se encienden en devoción a la Divina Providencia.
Esto porque hay quienes encienden velas de distintos colores cada mes, buscando ayuda para un tema específico: amor, trabajo o como protección contra las envidias.
“Esta piadosa costumbre no debe tomarse como un ritual más, sino como un acto de fe que recuerda algo muy importante: confiar en que Dios dará, si es su deseo y voluntad, salud, alimento, casa y trabajo”, señaló la Arquidiócesis en un comunicado, en aquel entonces.
