La Iglesia Católica nos pide alejarnos del diablo, que trae consigo el mal y el pecado. Para ello, podemos hacer uso de las herramientas que Dios nos ofrece. Entre ellas se encuentran varios consejos sobre cómo prevenir el mal, recopilados por la escritora Patti Armstrong.
En un artículo de National Catholic Register, Armstrong recolectó información de dos entrevistas con Monseñor John Esseff, sacerdote de la Diócesis de Scranton (Pensilvania), exorcista por más de 40 años; y el Obispo de Springfield, Monseñor Thomas Paprocki.
Aquí los 10 consejos prácticos contra el diablo que ambos compartieron con los fieles:
1.- Odiar el pecado y mantenerse alejado del mal
Monseñor Eseff opina que “el trabajo habitual del diablo es el pecado” y este último “conduce a la muerte de las almas”. Por lo tanto, debemos rechazarlo siempre.
“Es mejor protegerse del mal que tratar de librarse de él. Una vez que se le abre una puerta, no siempre puede cerrarse por nuestra propia cuenta”, agregó.
2.- Nunca hablar directamente con el diablo
La batalla espiritual contra el diablo y el pecado no es una lucha entre iguales. Solamente en un exorcismo el sacerdote le habla al diablo. Sin embargo, requiere un permiso del obispo local para tener toda la autoridad de la Iglesia.
“Un laico debe dirigirse solamente a Dios, ya que pueden meterse en problemas hablando con el diablo”, explicó Monseñor Paprocki.
3.- Reconocer cómo trabaja el diablo
“La posesión es el trabajo extraordinario del diablo y es muy raro”, afirma Monseñor Paprocki. “Su trabajo ordinario es la tentación y nos enfrentamos a esa tentación todos los días”, agrega.
Por su parte, Monseñor Esseff explica: “el poder de Satanás aumenta cuando la gente no cree que es real. Dios es ‘Yo soy el que soy’, pero el diablo quiere ser: ‘Yo soy el que no es’”.
4.- Tener vida sacramental
Monseñor Esseff destacó que, cuando dejamos de confesarnos con frecuencia, la actividad del diablo aumenta. Para disminuir sus peligros, debemos acudir con más frecuencia a la confesión.
“La confesión es más poderosa que un exorcismo. Uno es un sacramento y el otro es una bendición”, dice Mons. Esseff. Agrega que la mejor forma de protegernos del mal es a través de los sacramentos. Jesucristo los instituyó y nos llenan con la gracia para protegernos y acercarnos a Dios, explica el sacerdote.
5.- Utilizar sacramentales
Se puede utilizar sacramentales como agua bendita, rosarios, escapularios y otros artículos religiosos contra el diablo. Esto, debido a que “fueron dados a la Iglesia por la inspiración del Espíritu Santo”.
“Son maneras de ayudarnos a ser santos”, indica Mons. Paprocki.
6.- Pedir ayuda a Dios en la oración
“Ustedes tienen que decir y hacer las cosas de manera diferente a como les indica su naturaleza. Es la naturaleza humana que cae de nuevo en los viejos hábitos. La gente necesita recurrir a Dios y orar por la gracia. Entonces tienen que estar listos para aceptar esas gracias y esforzarse por tomar buenas decisiones”, explica Mons. Esseff.
Ambos exorcistas recomendaron oraciones de protección contra el diablo y su tentación. Entre ellas están el “Padre Nuestro”, “Credo de los apóstoles”, “Credo Niceno-Constantinopolitano”, “La coraza de San Patricio” o a San Miguel Arcángel.
También recordaron pedir la intercesión de María Santísima y los santos.
7.- Bendecir el hogar
“Podemos hacer que un sacerdote bendiga nuestra casa y use oraciones de exorcismos menores. Un exorcismo menor no necesita permiso del obispo para actuar”, dice Mons. Paprocki.
8.- Consultar a un sacerdote si se necesita ayuda
Mons. Esseff afirmó que “cuando un sacerdote ora y da su bendición, está actuando en la persona de Jesucristo, que es poderoso. Cuando entro en una habitación, el diablo ve a Jesucristo”.
9.- Perseverar en la lectura espiritual
Leer la Biblia todos los días ayuda a combatir al diablo y sus tentaciones. Además, los exorcistas recomendaron algunos libros católicos como el “Manual para la Guerra Espiritual” de Paul Thigpen y “Oraciones de Liberación” del P. Chad Ripperger.
10.- Visitar a Dios en el Santísimo Sacramento
En importante dedicar un tiempo para enfocarse solamente en adorar a Dios, darle gracias y pedirle su ayuda para crecer en gracia. Se recomienda participar de la Hora Santa al menos una vez a la semana.
Texto de ACI Prensa
