Las políticas santuario, aquellas según las cuales las autoridades locales no colaboran con las peticiones de retención de migrantes de las agencias federales, no representan un peligro para la seguridad pública en Estados Unidos. Esta información está basada en un estudio de la Universidad de Stanford.
El análisis lleva por título “Las políticas santuario protegen a los migrantes pero no amenazan la seguridad pública”. No se encontró prueba de que esas medidas afecten negativamente los índices de criminalidad en las áreas donde se aplican. Esta declaración contradice lo que afirma el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
“No hay evidencia para los reclamos de ICE (en sus anuncios de los arrestos y en otras partes) de que el santuario dañe la seguridad pública”, dijo a Efe David Hausman, miembro del Laboratorio de Políticas de Inmigración de Stanford y autor del estudio.
Luego de revisar las bases de datos de ICE y de la Oficina Federal de Investigación (FBI) surgieron las conclusiones del investigador. Los datos que revisó corresponden a 140 condados del país con políticas santuario entre 2010 y 2015.
“En este estudio encontré que la introducción de las políticas de santuario no tienen un efecto mensurable en la delincuencia. Igualmente, no hay evidencia de que las políticas santuario reduzcan la deportación de personas con condenas por delitos violentos”, agregó.
Además, no quiso hacer declaraciones respecto a las recientes redadas de inmigración realizadas por ICE en áreas santuario.
Hallazgos sobre el estudio sobre políticas santuario
El estudio se publicó en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences. Se encontró que “las políticas santuario reducen las deportaciones en un tercio luego de los arrestos locales”. En el caso de no ciudadanos sin condenas criminales, las deportaciones se reducen en 50%.
“Para los no ciudadanos con condenas por delitos violentos las políticas santuario no tienen un efecto medible”, según el reporte.
Se evaluaron 369 mil 388 casos de deportaciones ocurridas después de que las autoridades detuvieran a una persona entre noviembre de 2008 y diciembre de 2015. El análisis reveló que entre 2013 y 2015 se evitaron aproximadamente 22 mil 300 deportaciones en Estados Unidos. Se incluyeron cerca de 3 mil 300 deportaciones de migrantes que “nunca habían sido condenados por ningún delito”.
