Este gobierno está construyendo una verdadera política de Estado en contra de las empresas y las inversiones privadas. Su objetivo es que, como en la década de los 70s, sea el sector público quien tome el protagonismo en los sectores estratégicos de la economía.
Apenas la semana pasada, el Primer Mandatario dijo que la inversión privada representa el 70% del total de la inversión en México. También anunció proyectos de infraestructura financiados por el sector privado.
Sin embargo, las acciones del gobierno desmienten las palabras de Andrés Manuel López Obrador.
Por su parte, las principales organizaciones de la iniciativa privada levantaron la voz esta semana. Denunciaron que la Secretaría de Economía está exigiendo a los importadores demostrar que las mercancías que traen de fuera cumplen con la Norma Oficial Mexicana.
Esto equivale a exigir permisos de importación como se hacía antes de que México suscribiera tratados comerciales.
La inversión privada y el sector energético
Los obstáculos son especialmente importantes en el sector energético.
Al menos 44 proyectos estaban programados para operar de manera comercial entre 2020 y 2021. En ellos se invirtieron seis mil millones de dólares.
Sin embargo, están detenidos desde que el Centro Nacional de Control de la Energía (CENACE) diera a conocer que se suspenden de manera indefinida las pruebas críticas para nuevos proyectos de energías renovables.
Todos los obstáculos que se han puesto en este gobierno para que la inversión privada no participe en el sector energético tienen como propósito que la Comisión Federal de Electricidad opere sin competencia alguna.
Con esto, regresaría a ser la paraestatal monopólica de los años 70.
A esto se suma la cancelación de las rondas para que el sector privado participe en la exploración y explotación petrolera.
Es claro que, lo que este gobierno pretende en realidad, es “asesinar” la reforma energética aprobada el sexenio pasado.
La insistencia del Presidente de la República para someter proyectos de inversión a votaciones populares a mano alzada refuerza la política de Estado de este gobierno. Con ella, intenta obstaculizar la operación y las inversiones del sector privado.
Esto ya se hizo con Constellation Brands en Baja California y la planta de amoniaco en Topolobampo, Sinaloa.
Una crisis difícil de superar
Los datos del INEGI indican que la inversión aumentó 4.4% en julio de este año respecto al mes anterior. No obstante, en el último año, sigue con una caída del 21.2%.
En la última Junta de Gobierno del Banco de México, se mencionó que en la mayoría de las economías globales se observa una recuperación. Esto, en específico, ocurre con Estados Unidos y la Zona Euro.
Pero, en el caso de la economía mexicana, los consejeros de Banxico prevén una recuperación “difícil y prolongada sujeta a incertidumbre.”
Insistir en que no habrá apoyo a las empresas, obstaculizar al sector privado y ahuyentar las inversiones no es precisamente el mejor camino para que la economía mexicana salga de la crisis (detonada por este gobierno y acentuada con la pandemia).
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