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Hoy celebramos a la Beata Ana María Taigi, patrona de las madres de familia

Ana María Taigi fue una mujer ejemplar que siempre cuidó de su familia y ayudó a los más necesitados.
El 9 de junio se celebra a la Beata Ana María Taigi, patrona de las madres de familia y de las mujeres que son violentadas por sus esposos. Texto de ACI Prensa.

“Aquella mujer era una felicidad para mí y un consuelo para todos. Con su maravilloso tacto, era capaz de mantener una paz celestial en el hogar”. Así describió su esposo a la Beata Ana María Taigi, patrona de las madres de familia, cuya fiesta se celebra el 9 de junio.

Ana María Antonia Gesualda nació en 1769 en Siena, Italia. Su familia migró a Roma y sus padres se dedicaron a trabajar en el servicio doméstico. Mientras, ella fue internada en una institución educativa para niños sin recursos.

A los 13 años, la Beata empezó a ganarse el pan con su trabajo: trabajó en un centro de tejidos de seda, y luego estuvo al servicio de una dama noble en su palacio.

Poco a poco comenzó a experimentar las tentaciones de la vanidad, como el uso de vestidos ostentosos y el deseo de admiración.

Más adelante se casó con Domingo Taigi, quien laboraba como sirviente en una familia adinerada.

Con el tiempo, la gracia de Dios se fue adueñando del corazón de Ana. Así, vivió una etapa de conversión y realizó una confesión general.

Con la guía de su director espiritual, Ana María Taigi encontró consuelo en la oración y en ciertas mortificaciones externas que no afectaron su servicio como ama de casa. También ingresó a la Tercera Orden Trinitaria para seguir practicando su fe.

Una ama de casa excepcional

En casa, la Beata debía cuidar de su quisquilloso esposo, sus siete hijos (algunos de los cuales fallecieron cuando eran pequeños) y sus padres.

Solía juntarlos cada mañana para orar. Luego los llevaba a Misa, y en la noche se volvían a reunir para escuchar lecturas espirituales y rezar. Este era su secreto para unir a la familia.

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Se daba tiempo también para trabajar en costura. Con el dinero obtenido compensaba el poco salario de su marido para los gastos del hogar. También ayudaba a los más necesitados.

Siendo ama de casa, la Beata tuvo algunas experiencias místicas. Dios le concedió intuiciones sobre los designios divinos en referencia a los peligros contra la Iglesia, sobre misterios de fe y también sobre acontecimientos futuros. Estos últimos se le revelaron en un “sol místico”.

A San Vicente Strambi le pronosticó la fecha exacta de su muerte.

Sufría agonías físicas y mentales cuando oraba por la conversión de algún pecador endurecido, y podía leer los motivos y pensamientos de quienes la visitaban para pedirle ayuda.

En los últimos años de su vida, la salud de Ana María Tagi se resquebrajó gravemente. Asimismo, tuvo que afrontar la prueba de las murmuraciones y calumnias, misma que soportó incluso con alegría.

Partió a la Casa del Padre el 9 de junio de 1837 y fue beatificada en 1920. Sus restos se encuentran en la Iglesia San Crisógono de Roma. Es patrona de la Acción Católica Italiana y de las mujeres sometidas a abusos verbales por parte de sus esposos.

Texto: ACI Prensa

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