Tras haber vivido en Estados Unidos por 31 años, la madre de un teniente del ejército estadounidense fue deportada a México con tan sólo su celular como única pertenencia.
Este jueves, Rocío Rebollar Gómez, de 50 años de edad, quien no tenía antecedentes penales y trabajó muy duro en el país vecino para sacar adelante a sus hijos, fue deportada desde San Diego a Tijuana.
Su hijo, Gibran Cruz de 30 años, segundo teniente de inteligencia del ejército, y su hija Karla McKissick, no se pudieron despedir de su madre.
Rebollar tenía programada una cita el jueves para entregarse y ser deportada; sin embargo, sus hijos y ella creían que le otorgarían una extensión a la orden de deportación, pero eso no sucedió.
Con tan solo su celular en mano, Rebollar, pequeña empresaria y abuela de tres nietos, fue deportada a Tijuana, ya que la prórroga debía solicitarse en un edificio aparte.
“En el tiempo en que caminamos de un edificio a otro, los agentes sacaron a la madre del teniente en un vehículo y la llevaron a la frontera para deportarla”, dijo su abogada.
“En el momento en que nosotros estuvimos en este edificio y salimos, ella ya cruzaba la línea. Se la llevaron por debajo de nosotros, no me dejaron tan siquiera abrazarla. Esto es muy triste”, dijo su hija entre lágrimas.
Su hija Karla la llamó tiempo después que se dieran cuenta que la deportaban, y le pidieron que pusiera el altavoz para grabar la conversación.
“En dónde estás mamá”, preguntó la hija.
“No sé dónde estoy, aquí le dicen El Chaparral”, respondió la madre sin entender donde se encontraba.
La orden de deportación de la madre
Su hijo lamentó no poder encontrarse con su madre, ya que su cargo militar le prohíbe cruzar la frontera a Tijuana.
Cabe destacar que se ordenó la deportación de Rebollar por haber reingresado al país tras ser deportada dos veces en el pasado.
La corte había ordenado la deportación para diciembre pasado, pero concedió una prórroga de 30 días al considerar que había vivido en el condado más de tres décadas, era propietaria de un negocio propio y abuela y madre de familia.
Rebollar confiaba en que conseguiría otra extensión y por eso no hizo maletas.
Con información de La Opinión
