La economía mexicana ya apagó casi todos los motores de crecimiento y tiene el freno puesto, con lo cual la recesión es inevitable.
Los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) son claros.
La inversión en junio de este año es 8.8% menor a la del mismo mes del año pasado y la de enero–junio de 2019 está cayendo 4.4%; en los mismos periodos, la construcción cae 4.6% de junio a junio y 2.7% en los primeros seis meses de este año; la inversión en maquinaria y equipo se desplomó 14% de junio a junio y 6% en el primer semestre del 2019, y la inversión en maquinaria y equipo se colapsó 21.6% de junio a junio y 16 por ciento en este primer semestre.
Éste, el principal motor del crecimiento económico, no sólo no está apagado, sino que va en reversa.
El consumo interno, que el primer mandatario asegura que funciona, ya se apagó. Los datos de Inegi revelan que de junio del año pasado al mismo mes de este año el consumo creció apenas un 0.2% y en el primer semestre de 2019, apenas 0.9 por ciento.
Sin embargo, el consumo de bienes duraderos, electrodomésticos, automóviles, productos electrónicos, muebles, se contrajo 10.8% de junio a junio y 11.1% en lo que va de este año; los bienes no duraderos, productos de limpieza son un buen ejemplo: apenas crecieron 1% de junio a junio y 1.8% en los primeros seis meses de este año.
Y el consumo de bienes importados cayó 5.8% de junio a junio y creció sólo 0.3% en el primer semestre del 2019.
El segundo motor también está apagado.
El único motor que está encendido es el del comercio exterior.
También, según datos del Inegi, las exportaciones crecieron 7% de julio del 2019 a julio de este año y 4.2% en los primeros siete meses de este año. Sobresalen las exportaciones agropecuarias con un crecimiento de 30.7% de julio a julio y de 6.9% en los primeros siete meses del 2019 y las de automóviles con crecimiento de 12.6% de julio a julio y de 7.1% en los primeros siete meses de este año.
México es ya el primer socio comercial de Estados Unidos, por encima de China y Canadá, con un comercio total de poco más de 361,000 millones de dólares en los primeros siete meses de este año.
Éste es el único motor de la economía que está funcionando, pero como ya vimos en el primer año del sexenio anterior, cuando la economía sólo creció 1.1%, no es suficiente, máxime que en aquel entonces no se cayó la inversión.
El principal freno de la economía es la beligerancia del Presidente de la República y su gabinete en contra del sector privado. Desde la cancelación del aeropuerto, todo ha sido condena al neoliberalismo, cambio de reglas, renegociación de contratos, ataques a empresas concretas como las farmacéuticas.
Si a los dos principales motores de la economía mexicana les sumamos el freno que suponen las políticas públicas de este gobierno y la posibilidad de que la economía mundial se frene, es claro que la recesión en México es sólo cuestión de tiempo.
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