A diferencia de lo que dicen los sectores más conservadores de Estados Unidos, no es verdad que la inmigración ilegal que llega a dicho país incremente los índices de crimen nacional, reveló que un estudio de The Marshall Project.
La organización sin fines de lucro publicó el estudio liderado por Anna Flagg, en cual muestra que entre 2007 y 2016 se registró un bajo nivel de delitos violentos y contra de la propiedad en lugares donde los migrantes indocumentados se asentaron.
Anna Flagg mencionó en el estudio que “las áreas con mayor migración no autorizada parecían tener mayores caídas en las tasas de criminalidad, aunque la diferencia era pequeña e incierta”.
The Marshall Project relacionó datos publicados por el centro de investigación Pew con cifras del Buró Federal de Investigación (FBI) respecto al crimen a nivel local , sin embargo, los expertos no fueron capaces de establecer una relación entre el flujo de población indocumentada residente en zonas metropolitanas de Estados Unidos y los diferentes tipos de delitos.
De acuerdo con las diferentes áreas que se estudiaron, la mayoría de los delitos mostraban una tendencia “casi plana”, lo que indica que la migración indocumentada tuvo “poco o ningún efecto” sobre el crimen.
“El asesinato fue el único tipo de delito que sí parecía mostrar un aumento, pero la diferencia fue pequeña e incierta, según los investigadores.
El análisis de The Marsahall Project, junto con otros dos informes divulgados en el 2018 por el Instituto Cato, muestran que es menos probable que personas indocumentadas cometan algún delito y sean encarceladas.
“Para estas personas ser arrestados por cualquier delito significa una posible deportación, por lo que tiene sentido que los índices de crimen sean menores” dicen los investigadores.
“La Administración de Trump ha impulsado una y otra vez la idea de que los inmigrantes indocumentados son delincuentes peligrosos que traen el crimen a Estados Unidos, pero, según los datos, esto simplemente no es cierto”, declaró, Anna Flagg.
