La oración “Alma de Cristo” es una plegaria que ha acompañado a la tradición católica durante siglos, siendo un refugio espiritual y una fuente de consuelo para millones de fieles. Con un origen que se remonta a los primeros tiempos del cristianismo, esta oración es una de las más queridas y difundidas en el ámbito devocional católico.
Origen y Atribución
Aunque su autoría no está confirmada, la oración “Alma de Cristo” suele atribuirse a San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús (Jesuitas), ya que aparece al inicio de su famoso libro, los Ejercicios Espirituales. Sin embargo, la oración ya era conocida antes del siglo XVI, siendo encontrada en manuscritos que datan del siglo XIV. Esto sugiere que probablemente existió antes de la era ignaciana, y que San Ignacio la incluyó en sus prácticas debido a su poder y profundidad espiritual.
Oración Alma de Cristo
Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti.
Para que con tus santos te alabe.
Por los siglos de los siglos. Amén.