Por medio de un comunicado, la Dirección de Comunicación de la Arquidiócesis de México se pronunció este martes 13 de marzo sobre la condena impuesta al sacerdote Carlos López Valdés, quien abusó varias veces de Jesús Romero Colín entre 1994 y 1998, cuando este tenía 11 años.
El P. López –actualmente de 72 años de edad– servía en la parroquia de San Agustín de las Cuevas, en Tlalpan, al sur de la Ciudad de México. Romero era su acólito.
Romero interpuso la denuncia contra el sacerdote en 2007 y luego la Arquidiócesis de México abrió un proceso eclesiástico que lo halló culpable e inhabilitó para desempeñar su ministerio.
La víctima envió una carta al Papa Francisco en 2013. El Santo Padre le respondió expresando su “dolor” y “vergüenza” por lo ocurrido; y le pidió “perdón en nombre de la Iglesia”.
El 27 de agosto de 2016 López Valdés fue arrestado en Jiutepec, Morelos, y enviado al Reclusorio Oriente de la Ciudad de México, donde está actualmente.
En el comunicado, la Dirección de Comunicación de la Arquidiócesis señaló que “ratificamos el dictamen de la Procuraduría General de la República y manifestamos nuestra plena disponibilidad para colaborar con las autoridades en procurar la justicia en la sociedad”.
“Nos solidarizamos con la víctima y su familia. Lamentamos profundamente lo sucedido. Estos comportamientos terribles nos producen dolor y vergüenza, y nos confirman en el compromiso de hacer todo lo necesario para sanar estas situaciones desde la raíz”, prosigue.
“No estaremos conformes hasta que quede extirpado este mal. Como ha dicho recientemente el Papa Francisco, esta es una de las prioridades de la Iglesia de nuestra época”.
El texto recuerda la posición de los últimos Papas, según la cual “no hay absolutamente lugar en el ministerio para los que abusan de los menores”.
Además reitera “nuestro criterio de actuación de ‘tolerancia cero’ ante estas situaciones, y de la necesidad de informar, de reconocer el mal y de pedir perdón”.