El gran mérito de Enrique Peña Nieto fue forjar alianzas con los partidos de oposición, que le abrieron la puerta a las grandes reformas de este sexenio: la energética y la tributaria especialmente.
Aunque luego tanto el PAN como PRD renegaron del apoyo que dieron al PRI en esos casos, lo cierto es que esas acciones son modelo de lo que se tendrá que hacer en el siguiente sexenio para resolver temas que están atorados y que, para echarlos a andar, se necesita que todas las fuerzas políticas se unan.
Lo ideal sería que quien gane la Presidencia en 2018 llegara con la mayoría necesaria para gobernar.
Pero lo más seguro es que eso no suceda y que el siguiente gobierno llegue sin la representatividad necesaria para tomar las grandes decisiones que el país necesita.
Temas como una reforma fiscal integral, el futuro del municipio, los asuntos de la corrupción y la impunidad, así como el combate a la delincuencia no pueden ser resueltos por un partido que llegue a la Presidencia con una minoría.
La parálisis que se vivió en los 12 años del PAN en la Presidencia han sido muy costosos; la realidad es que en ese periodo el PRI simplemente dijo no a cualquier iniciativa.
Los panistas nunca pudieron sentar en la mesa a los opositores políticos y se cerraron las puertas para hacer las grandes reformas que el país necesitaba.
Por eso Fox sólo pudo avanzar en temas de transparencia y Felipe Calderón la única reforma que pudo hacer fue la del ISSSTE.
El país no puede darse el lujo de avanzar con pasos gallo-gallina porque la realidad nacional y las circunstancias internacionales exigen avances de una vez por todas.
Y eso sólo será posible si los partidos guardan sus creencias particulares en el cajón y piensan sólo en lo que el país necesita.
Garantizar la estabilidad de las finanzas públicas mediante una reforma tributaria; solucionar, de una vez por todas, el manejo del gasto público; recuperar el clima de tranquilidad que se ha perdido son temas que sólo se pueden lograr por la vía de un gran acuerdo político que reúna a las diferentes expresiones.
Si, como se piensa, el próximo gobierno llegará en minoría y no es capaz de hacer grandes acuerdos, el país se paralizará y podrían aparecer crisis por la falta de avances que ya son indispensables.
Por el tamaño de la economía mexicana, por la posición de México en el mundo, por el tamaño de la población y lo que representa internacionalmente, el país no puede estar paralizado; más aun, tiene que avanzar con enorme rapidez para recuperar el tiempo perdido.
Hasta el próximo martes y no deje de seguirme en mi página de FB Perspectivas, de Luis Enrique Mercado.
