El nuevo sheriff del famoso condado de Maricopa, Paul Penzone, anunció el cierre definitivo de las controvertidas casas de campaña que John Arpaio instaló como cárceles, y dónde muchos indocumentados fueron llevados.
“A partir de hoy, el circo terminó y las casas de campaña se cierran, dijo Penzone en una conferencia de prensa.
“Estas instalaciones no disuaden al crimen, no es costeable y no es firme contra los criminales. “Pudo haber sido el objetivo cuando se abrieron y había una necesidad, pero ese espacio se convirtió más en una atmósfera cirsense para el público”.
Horas más tarde, el exsheriff Joe Arpaio criticó la medida y dijo que era terrible que el nuevo Sheriff Penzone se hubiera expresado así.
“No es un circo. No opinaron así los candidatos presidenciales, los políticos y los medios que entraron ahí”, expresó en una declaración al noticiero Fox10 de Phoenix, Arizona.
Arpaio insistió en que el sistema de cárcel en casas de campañas fue exitoso, era barato y disuadía a los criminales.
“Mucha gente me agradeció tener las casas de campaña”, agregó.
El argumento de Arpaio es que los prisioneros odiaban el lugar y eso los frenaba para volver a delinquir.
DATOS DUROS
El sheriff Paul Penzone informó que el cierre de la cárcel en casas de campaña le ahorrará unos 4 millones de dólares al condado, pues su costo anual era entre 8 y 9 millones.
Los más de 700 prisioneros serán transferidos a las prisiones de Estrella y Durango en los próximos 45 a 60 días.
En el lugar trabajaban 86 personas, pero Penzone aseguró que no se despedirá a ninguna de ellas.
“Vamos a mandar a los criminales a donde ellos no quieren, en cárceles formales con áreas aisladas que son más seguras para los oficiales que trabajan ahí”.
La cárcel en casas de campaña abrió en 1993 y tenía capacidad para 2 mil prisioneros. Nunca hubo ninguna muerte en esa instalación.