Por: Jim McDonnell – Sheriff del Condado de Los Ángeles.
Traducción: Juanita Navarro-Suarez
Como sheriff del más grande y uno de los más diversos condados de la nación, quiero asegurar a nuestros residentes, y especialmente a nuestras comunidades de inmigrantes, que el Departamento del Sheriff del Condado de Los Ángeles está profundamente comprometido en ayudar a todas las personas en su momento de necesidad, a pesar de su estatus migratorio.
Es mas, reconozco que la aplicación de la ley de inmigración es responsabilidad del gobierno federal. Mis oficiales no detendrán ni arrestarán a ningún individuo sólo por sospecha de presencia ilegal en los Estados Unidos.
Esta es nuestra promesa. También es nuestra póliza de departamento. Y más importante, es la ley.
Nosotros, como policia local, no tenemos la autoridad constitucional, y mucho menos el número extraordinario de personal requerido, para participar en deportaciones masivas. No se dejen influir por las tácticas basadas en el miedo o la exageración de los intereses especiales que utilizan la retórica para obtener ganancias políticas a costa de un diálogo cívico. Tal temor sólo sirve para quebrantar décadas de confianza que se ha logrado y al igual los esfuerzos de la participación comunitaria.
En el 2014, la Legislatura de California aprobó la Ley de Confianza (Trust Act) para asegurar que a los reclusos en las cárceles locales se les garantizara ciertos derechos y protecciones. Estoy absoluto en mi compromiso en defender la letra y el espíritu de esa ley.
El personal del Departamento del Sheriff no participan en la determinación del estatus migratorio de ningún recluso bajo nuestra custodia.
Antes de permitir que los agentes del departamento de ICE accedan a entrevistar a cualquier preso en nuestra cárcel, nuestro personal sigue estrictas pólizas y procedimientos guiados e informados por la Ley de Confianza (Trust Act). Los nombres se comprueban dos veces para asegurar que sólo los reclusos que cumplan con los criterios de liberación establecidos por la ley sean accesibles a los agentes del departamento de ICE. Los agentes del departamento de ICE sólo pueden entrevistar a presos condenados por delitos graves o violentos, según lo definido por los artículos 1192.7 y 667.5 del Código Penal. Estos incluyen crímenes como asesinato, robo, violación, secuestro y tráfico humano. Ningun recluso sera detenido más allá de su fecha de liberación, independientemente si cuenten o no con una orden de aprension del departamento de ICE.
Debido a nuestro sistema riguroso de controles y equilibrios, estamos seguros de que sólo los depredadores más violentos llegan a la custodia del departamento de ICE. Nuestros números reflejan esos controles y equilibrios. De los más de 120,000 presos liberados de las cárceles del condado de Los Angeles en 2016, menos de un por ciento llegaron a la custodia del departamento de ICE. Creemos que esos reclusos ya condenados estaban entre lo peor de lo peor: depredadores que a menudo abusaban de sus propias comunidades de inmigrantes y se aprovechaban del temor de sus víctimas de ser deportados.
Necesitamos que todas estas víctimas y testigos crean en nosotros y se presenten para ayudarnos a hacer un buen trabajo policial. Ser una victima or testigo indocumentado, no es una consideración para nosotros durante todo el proceso de justicia. Una gran mayoría de los crímenes se resuelven porque alguien, independientemente de su estatus migratorio, tuvo el valor de dar un paso adelante y trabajar con la policía.
Se esperan grandes promesas de los candidatos presidenciales, pero la realidad a menudo interfiere en el cumplimiento de esas promesas. El presidente electo Donald Trump ha dicho muchas cosas durante los meses previos a su elección. La realidad es que, actualmente, el presidente electo está hablando de la deportación de aproximadamente 2 millones a 4 millones de criminales violentos indocumentados en todo el país. Bajo la presidencia de Obama, 2.5 millones de personas fueron deportadas durante un período de seis años.
Entiendo que para muchos hay una verdadera aprensión de lo desconocido, pero tengo una enorme fe en el estado de derecho y en la gran gente del condado de Los Ángeles, un lugar que las familias de más de 200 países llaman hogar.
