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Cientos de organizaciones y activistas piden a las autoridades dejar de perseguir a los migrantes en la CDMX

Los migrantes detenidos en la CDMX fueron acusados de alteración al orden público, vinculado con el consumo de alcohol y estupefacientes
Al no existir cargos en su contra ni pruebas por parte de los policías remitentes sobre las faltas imputadas, fueron puestos en libertad.

Organizaciones civiles, académicos, así como órdenes y congregaciones religiosas que trabajan por la defensa de los derechos humanos condenaron los abusos y hostigamientos realizados por las autoridades capitalinas contra activistas e integrantes de la caravana migrante.

A través de un comunicado (firmado por unas 200 organizaciones civiles, religiosas, universidades y personas), los activistas relataron que el pasado 15 de febrero, alrededor de las 14:30, autoridades capitalinas llegaron a las inmediaciones del Estadio Palillo Martínez y detuvieron de forma violenta a un activista y un migrante, además, golpearon a otras dos compañeras.

Aunque las autoridades capitalinas insistieron que los arrestos fueron contra personas que consumían alcohol y drogas en la calle, a través de varios videos se puede ver que los activistas conversaban con algunos migrantes en testimonios en la banqueta de la avenida Viaducto Río de la Piedad.

Estos diálogos forman parte de su labor de monitoreo y acopio de testimonios sobre su situación.

Tras ser detenidas estas personas y ante la exigencia de presentar razones para las detenciones, resultaron agredidas y detenidas algunos defensores de derechos humanos y migrantes.

“Los detenidos, una persona defensora y un migrante de origen hondureño, fueron trasladados al Juzgado Cívico No. 2 de Iztacalco, en donde se encontraban también privados de su libertad otros cuatro migrantes provenientes de Honduras y El Salvador, quienes habían sido víctimas de las detenciones ejecutadas en la mañana” dice el comunicado.

Además, dentro de las detenciones realizadas anteriormente se encontraba una familia con tres menores de edad, cuyos integrantes fueron puestos a disposición de las autoridades migratorias y trasladadas a la Estación Migratoria de Iztapalapa a pesar de que uno los menores era mexicano.

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De acuerdo con las autoridades, el motivo de la detención fue la “alteración al orden público, vinculado con el consumo de alcohol y estupefacientes, y provocar ruidos que atentaban con la tranquilidad de las personas”.

Sin embargo, la resolución del juez consideró a los presentados como no responsables, aunado a que la revisión del médico legista comprobó que las personas no se encontraban bajo el influjo de drogas o alcohol.

Al no existir cargos en su contra ni pruebas por parte de los policías remitentes sobre las faltas imputadas, fueron puestos en libertad.

Es importante destacar, que “durante la estancia de estas personas en el Juzgado Cívico, personal del Instituto Nacional de Migración (INM) permaneció cerca de la puerta por varias horas, algunos de los oficiales sin portar uniforme, mostrando hostilidad hacia las personas defensoras que nos encontrábamos en el lugar, sin querer identificarse y tomando fotografías y videos, a pesar de que en este lugar se encontraba personal de la CNDH y la CDHDF, instancias ante las cuales se han levantado quejas y se solicitaron medidas precautorias”.

La detención a través del uso de la fuerza pública, el abuso de autoridad y la falta de protocolos de actuación por parte de los cuerpos policiales ha sido documentada con diversos videos tomados en el momento de la agresión.

Así mismo, se cuentan con pruebas de que los migrantes no habían sido expulsadas del Estadio por mal comportamiento una noche anterior, como lo aseguran los coordinadores del albergue.

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Lo que sucedió el 15 de febrero en la Ciudad de México no es un hecho aislado, se ha detectado que comienza a desplegarse un patrón de hostigamiento hacia personas defensoras de derechos humanos y hacia los propios migrantes que intentan organizarse por sí mismos.

Tras los hechos vistos en la Ciudad de México como en el resto del país, las distintas organizaciones se mostraron preocupadas por la narrativa empleada por algunos medios de comunicación y por los servidores públicos que llevan a crear discursos de odio y discriminación hacia las personas en contexto de movilidad humana, justificando las violaciones a derechos humanos por “faltas al reglamento, desorden público, quejas de los vecinos, etc.”.

Por esto presentaron las siguientes demandas:

1.- Que se aclare la razón del señalamiento de personas migrantes para ser detenidas por parte de las personas que coordinan el espacio de albergue en el Estadio Palillo Martínez, el hostigamiento a personas defensoras y a población migrante y que se tomen las medidas correspondientes para sancionar a los funcionarios públicos responsables.

2.- Que se lleve la debida diligencia en las actuaciones derivadas de las quejas y denuncias interpuestas por personas defensoras de derechos humanos por los delitos de abuso de autoridad y uso ilegal de la fuerza pública por parte de la SSP de la CDMX, tomando en cuenta que los policías no actuaron de manera autónoma sino bajo la orden de su superior.

3.- Que pare el patrón de hostigamiento hacia personas migrantes que se organizan y que se finquen responsabilidades administrativas en el caso de la deportación de personas migrantes que cuentan con una regular estancia para permanecer en México.

4.- Que se garantice el derecho a las personas defensoras a defender derechos humanos, sin miedo a ser agredidas, golpeadas y detenidas sin razón alguna, estigmatizando su labor y su legítimo derecho a monitorear el actuar del Estado.

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