La estancia para deportados Flamingos fue diseñada para recibir hasta 2 mil 600 personas, sin embargo, actualmente no ha atendido a más de 200 individuos simultáneamente.
El espacio está resguardado por la Guardia Nacional y servidores de la Nación, quienes evitan proporcionar información sobre el flujo de personas que arriban diariamente.
Mientras tanto, la Casa del Migrante en Tijuana alberga a 66 personas, la mayoría deportadas, quienes reciben atención integral sin los recursos con los que cuenta Flamingos.
Para el padre Patricio Murphy, director de la Casa del Migrante, Flamingos es un gasto innecesario que no ha representado una verdadera solución para los repatriados.
Menos deportaciones, más migrantes en la frontera sur
El número de deportaciones hacia Tijuana ha disminuido, pues las políticas migratorias han cambiado el destino de expulsión hacia el sur de México.
El padre Murphy señaló que esta decisión ha evitado un incremento en la población repatriada en la ciudad, pero podría generar una oleada migrante en los próximos meses.
“Creo que mucha gente que va a Tapachula se va a regresar, va a seguir hasta el norte. No quieren dejarlos en este lado de la frontera para que tarden en cruzar otra vez”, explicó.
Pese a la reducción en las deportaciones, la Casa del Migrante sigue recibiendo a personas repatriadas que necesitan apoyo para establecerse nuevamente en el país.
Actualmente, alrededor de 40 hombres deportados permanecen en el albergue, muchos de los cuales trabajan diariamente para lograr estabilidad y reinsertarse en la comunidad.
Atención insuficiente en la estancia para deportados Flamingos
Las personas que llegan a la estación para deportados Flamingos reciben apoyo por un tiempo limitado, lo que impide que realmente logren una reintegración efectiva a la sociedad.
Murphy señaló que el proceso en Flamingos solo toma unos días, tras los cuales las personas quedan desprotegidas y sin una red de apoyo que les permita salir adelante.
“Les dan 2 o 3 días, nada más para tomar sus datos, les dan sus 2 mil pesos, les ofrecen el viaje de regreso y los dejan sueltos. Eso no ayuda en nada”, denunció.
El sacerdote explicó que, tras salir de Flamingos, muchas personas terminan en la Casa del Migrante buscando la ayuda que no recibieron en la estancia gubernamental.
Pese a contar con mayores recursos, la estancia temporal no ha logrado consolidarse como un espacio eficiente para la atención de quienes son repatriados a México.
Falta de coordinación entre gobierno y albergues
El padre Murphy también criticó la falta de comunicación entre el gobierno y las organizaciones civiles que por años han trabajado en la atención de migrantes y deportados.
“No hay comunicación, no hay ninguna junta para ver cómo vamos a recibir a la gente”, aseguró.
A pesar de la inversión millonaria en la estación para deportados Flamingos, las autoridades no han generado estrategias efectivas para garantizar la atención adecuada a la población repatriada.
Para Murphy, la falta de coordinación refleja una visión gubernamental que considera a los migrantes como un problema en lugar de una población que necesita apoyo.
“Va a gastar en estos ‘elefantes blancos’ sin hablar con nosotros sobre cuál sería el camino para ayudar a los migrantes
Gasta el gobierno todo el dinero en esto y no da nada a los albergues que ya tenemos 37 años trabajando aquí. Ni un peso nos da, eso es horrible”, expresó Murphy.
Crisis en albergues tras recorte de fondos internacionales
La Casa del Migrante enfrenta un recorte del 40% en sus ingresos debido a la cancelación de programas como USAID, lo que complica su operatividad.
Los recursos destinados a Flamingos no se han distribuido entre los albergues civiles que, por años, han brindado asistencia humanitaria a la población migrante en la ciudad.
Murphy advirtió que, sin el apoyo necesario, la crisis financiera de los albergues podría llevar al cierre de espacios que han sido clave en la atención a migrantes.
“Si esta casa cierra, el culpable va a ser el gobierno de México porque no está ayudando a los albergues, no solamente a nosotros, sino a otros albergues también”, declaró.
El director de la Casa del Migrante reiteró la importancia de generar estrategias conjuntas para atender a la población migrante en la ciudad, en lugar de seguir invirtiendo en espacios ineficientes.
“No hay intento de organizar un plan de trabajo que tenga alguna lógica, en lugar de hacer cosas grandes para 2 mil personas”, concluyó Murphy.
Cabe recordar que además de la estancia para deportados Flamingos, el plan inicial del gobierno estatal y municipal era la aperetura de una estancia temporal de máxima capacidad junto a la apertura de cinco albergues para deportados. Plan del cual hasta ahora, no se obtuvo seguimiento alguno.