La Guardia Nacional (GN) ha sido señalada por hostigamiento hacia el albergue Border Line Crisis Center, ubicado en Tijuana, según denunció Judith Cabrera De La Rocha, codirectora de la institución.
El albergue, que brinda refugio a personas migrantes, enfrenta visitas diarias de la GN, sin justificación oficial, lo que ha generado tensión y temor entre residentes y personal.
Rondines continuos como hostigamiento de la GN a albergue
Desde mediados del pasado mes de noviembre, la Guardia Nacional realiza rondines diarios en el albergue, exigiendo una firma que valide su presencia, sin proporcionar un oficio que explique la orden.
“Los rondines son por la tarde, usualmente son las mimas usuarias del albergue, las residentes que les reciben, yo he estado ahí, buscan también a Graciela Zamudio de Alma Migrante que somos las personas que firmamos la queja ante la CNDH.
Mientras que no esté relacionado directamente con la queja, sí tienen nuestros nombres en el archivo y sí es a nosotras a quienes están buscando”, destacó.
Este acoso ocurre un año después de que la GN intentara ingresar por la fuerza al recinto, un hecho denunciado ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
La CNDH, responsable de emitir medidas cautelares tras el incidente inicial, no ha ofrecido soluciones efectivas, y las visitas, según Cabrera, parecen ser una iniciativa unilateral de la GN.
Impacto en las residentes del albergue
Judith Cabrera aseguró que la presencia de hombres armados en la puerta del albergue afecta gravemente a las residentes y al personal.
Algunos miembros del equipo han requerido tratamiento psiquiátrico debido al estrés provocado por estas visitas y la secuela que dejó el hecho ocurrido en 2023.
Enfatizó que han solicitado en repetidas ocasiones la suspensión de estos rondines, enviando documentos a las autoridades en diversas fechas a lo largo de este año.
Por otra parte, comentó que la Comisión Nacional de Derechos Humanos asegura que no estaban enterados de los rondines.
“La CNDH se enteró por nosotras, entonces se lavaron las manos de que ellos no dieron la orden pero siguen siendo en parte responsables”
A pesar de los esfuerzos por involucrar a la sociedad civil y las autoridades en mesas de seguridad para discutir la legalidad de estas acciones, no ha habido avances.
Según Cabrera, las visitas no solo representan un acto de hostigamiento, sino también una omisión de la CNDH, que no ha implementado medidas cautelares efectivas en más de un año.
La militarización como trasfondo
Cabrera señaló que el caso del Border Line Crisis Center es parte de un patrón de militarización y criminalización hacia migrantes y activistas.
Lamentó que hechos como el asesinato de migrantes colombianos o bien el reciente ataque en Chiapas sean muestra de una creciente militarización.
“Cada vez que vemos un caso de abuso por parte de la Guardia Nacional, dicen ‘esto fue un caso aislado’ y ya no lo son”, concluyó.