El albergue Casa Arcoíris es un lugar que opera en Tijuana que recibe a personas en contexto de movilidad de la comunidad LGBT.
Su coordinadora general, Edith Méndez, habló de cómo fue que el espacio abrió sus puertas así como los servicios que ofrecen.
Albergue Casa Arcoíris, un refugio nacido de la caravana migrante
El albergue Casa Arcoíris surgió como respuesta a la última caravana migrante que llegó a Tijuana. Nació en 2019, ante una necesidad urgente.
“Un grupo de activistas de la comunidad LGBT se empiezan a organizar justo por la problemática de que la comunidad no tiene espacios donde sean bien recibidos por su orientación sexual o su identidad de género”, detalló Edith Méndez.
Desde su fundación, han recibido a más de 800 personas de distintos países, entre ellos:
Honduras
- Guatemala
- El Salvador
- Rusia
- Haití
- Jamaica
Y además de una gran cantidad de personas desplazadas internas.
El albergue no solo brinda un techo, sino también servicios básicos que resultan esenciales para quienes llegan en busca de ayuda y seguridad.
Los residentes reciben atención médica y psicológica, lo cual es básico para quienes han vivido experiencias traumáticas durante su recorrido migrante hacia Tijuana.
Casa Arcoíris también trabaja en tejer redes de apoyo en la comunidad. Colabora con organizaciones locales para ofrecer oportunidades a sus residentes.
Acompañamiento y solidaridad
La directora del albergue detalló que la gran parte de las de la comunidad LGBT que migran, lo hacen en solitario, generando un estado de vulnerabilidad física y emocional aún más grande.
“Aquí nos encontramos con personas que no tienen redes de apoyo, porque su principal red de apoyo que puede ser su familia muchas veces, tal vez es la primera en rechazarles”.
Abundó que la existencia de espacios como el que dirige fortalecen las redes de apoyo permitiendo el acompañamiento que necesitan para continuar con su camino migratorio.
Por otra parte, refirió que han logrado mantener comunicación con algunas de las personas que atendieron y que ya están en Estados Unidos.
“En todo este tiempo las personas han cruzado con tiempos diferentes, pero no hemos visto mucha población que esté regresando o instalándose en Tijuana”.
Apoyo institucional limitado
Méndez comentó que actualmente mantienen un trato cordial con las instituciones sin embargo, no siempre reciben el apoyo que requieren para seguir operando.
“Sabemos que este trabajo de protección es un trabajo para salvaguardar los derechos humanos de las personas y la responsabilidad de resguardar esos derechos es propiamente del estado, sabemos que hacemos un trabajo de sustitución”.
Aseguró que si bien, buscan ser atendidas por dependencias y subdirecciones, la limitación que estas padecen provoca que no siempre se les brinde lo que en realidad se necesita.
En cambio aseguró que la colaboración entre organizaciones civiles es lo que verdaderamente ha funcionado y salvado al albergue Casa Arcoíris en distintas situaciones.
La necesidades de la comunidad que atiende el albergue Casa Arcoíris
Finalmente, Edith Méndez explicó que la mayor demanda que enfrenta este espacio es la seguridad, es por eso que mantienen algunas medidas como los filtros para ingresar o bien hermetismo en torno a su ubicación.
De igual manera hizo un breve recuento de lo que a través de los años se ha convertido en una necesidad constante de la población que atienden.
“La comunidad necesita un poco de certeza, estabilidad, un lugar para recuperarse, para juntar fuerzas para lo que sigue, llegan a Tijuana para un camino muy candado y doloroso la mayoría de las veces.
Llegan para recuperarse del camino y para prepararse para lo que viene que es el último paso hacia donde van”, puntualizó.
Sin duda la labor del albergue Casa Arcoíris seguirá siendo esencial mientras existan migrantes de la comunidad LGBT que necesiten un refugio seguro durante su travesía hacia una vida mejor.