¿Te has preguntado de dónde vino el plátano que le pusiste a tu arroz o el jitomate y la cebolla con los que prepararon ese arroz? Más aún ¿si para que ese delicioso arroz fuera lo que es, implicó que las personas que cortaron el plátano, piscaron el jitomate o cosecharon la cebolla recibieron un salario digno por hacerlo?
O cada año eres alguien que migra para trabajar en los campos agrícolas de Estados Unidos y has sufrido abusos como paga insuficiente, que te obligaran a pagar tu transporte y vivienda para llegar a la zona de trabajo, ¿sabes cómo no caer en ello? ¿Qué hacer para viajar de manera segura y que nadie te extorsione? Existen organizaciones como CIERTO Global, que pueden ayudarte a ir a trabajar de manera segura.
Fundación Avina, mediante el Proyecto PERIPLO y con el cobijo de organizaciones de la sociedad civil, lanzó hoy una campaña para que la gente se entere de todo lo necesario para que los alimentos lleguen a su mesa y de ahí, se transformen en consumidores informados y elijan alimentos que están libres de explotación a jornaleros y jornaleras.
“Voltea al campo”, nombre de la campaña, nos cuenta que, de acuerdo con la Secretaría de Economía de México, 79% de la población trabajadora agrícola migrante laboran sin contrato de por medio, es decir, sin seguridad social ni las prestaciones laborales básicas.
A pesar de contar con sus visas temporales H2A, migrantes en Estados Unidos enfrentan incumplimiento de las leyes que les protegen de abusos e irregularidades. Por eso, la campaña llama la atención a que toda persona que consume productos agrícolas piense en ello y en las dificultades que las y los jornaleros, incluidas niñez y adolescencias, viven para que quienes consumimos tengamos el plato servido.
“En mi último trabajo (en Estados Unidos) no recibí capacitación, me pusieron a hacer cosas diferentes a las que decía mi contrato, la vivienda que nos dieron estaba en malas condiciones y el pago que nos daban era menos del que nos correspondía”, compartió Rafael Calixto, jornalero originario de Guanajuato, durante la presentación de la campaña.
“En México, el primero de enero del 2024 entró en vigor el salario mínimo para las personas jornaleras, que es de $8,442.60 pesos mensuales para casi todo el territorio nacional, y de $11,246.00 para la zona libre de la frontera norte. Aun así, de acuerdo con Data México, el pago promedio para las y los jornaleros, por 5.3 días laborables y alrededor de 37 horas semanales de trabajo, es de $3,000 pesos mensuales. Un salario sumamente bajo comparado con la especialización y esfuerzo que implican estas actividades”, recalcan los datos de la campaña.
Otra intención del llamado de “Voltea al campo”, es que las empresas productoras de alimentos conozcan y cumplan con la regulación que ya existe para que traten a quienes laboran en sus campos respetando sus derechos humanos, desde el momento del reclutamiento, el viaje a los lugares de trabajo, que haya prevención de riesgos de accidentes, atención médica regular y vivienda y salario justos.
Para Susana Cruickshank, presidenta del Centro de Estudios en Cooperación Internacional y Gestión Pública, A.C., la situación de las mujeres jornaleras requiere especial atención. En esta temporada, explicó, una mujer jornalera en México gana por pizcar un kilo de ejote 2.50 pesos y busca juntar hasta 120 kilos al día para ganar al menos 300 pesos. Además de esa paga baja, ellas enfrentan una triple o cuádruple jornada. Puede ser que madruguen para cosechar su maíz de consumo doméstico, luego ir a casa para atender a la familia, después hacen su jornada en la pizca y al final del día, volver a casa a proveer de más cuidados a su familia, incluida, a veces, a una persona enferma.
La conciencia que se busca generar en los consumidores sobre este problema es el inicio de un largo recorrido para lograr mejores condiciones para las y los trabajadores agrícolas.