En el mundo de hoy, encontrar momentos de paz y relajación resulta más crucial que nunca. En medio de un mundo lleno de responsabilidades: el trabajo, el constante flujo de información, la universidad, entre otras obligaciones diarias, es fácil sentirse abrumado. Aquí es donde los aromas se convierten en nuestros aliados, ya que nos ofrecen una manera sencilla, pero poderosa para desconectar y recargar energías.
Es indudable que los aromas tienen una capacidad mágica para influir en nuestras emociones y estados de ánimo. Desde hace miles de años, diferentes culturas, independientemente del lugar del mundo, han usado esencias naturales para sanar y revitalizar su espíritu, espacio y hogares.
De manera sabia y certera, decía mi abuela que “los aromas son poderosos” y que el “mundo estaba dominado por ellos” y pensándolo bien tenía razón, por ejemplo un perfume pachulí es de esos aromas que nos recuerda los días de verano, en los que no basta más que la sombra de árbol y el canto de los pájaros para sentir paz y tranquilidad.
De igual forma, este aroma es particularmente especial y evocador. Recuerdo jugar en el jardín de mi abuela después de una tormenta, siendo solo un niño, cuando nada más importaba. Precisamente a esos momentos me transporta: a la sensación de libertad y paz que sentía corriendo descalzo sobre el césped húmedo.
Y es que ¿quién no ha sentido alguna vez una sensación de calma al oler una lavanda fresca, de esas que nos calman, o una ráfaga de energía al percibir un toque de menta? Estos olores nos conectan directamente con nuestro sistema límbico, la parte del cerebro que maneja las emociones y la memoria, permitiéndonos viajar a través del tiempo, reviviendo momentos de paz y felicidad.
Nuestras experiencias olfativas no solo nos calman, también nos ayudan a desconectar de la estridencia del mundo, que muchas veces va más rápido de lo que queremos, pero al que no podemos escapar por sencilla ley natural.
La magia de los aromas, o el poder de los aromas, radica en su capacidad de transportar nuestros sentidos a otros momentos, que nos brindan tranquilidad. Por ejemplo, el aroma del café recién molido, puede llevarnos a aquellas mañanas amenas en las que disfrutábamos de una taza caliente, mientras observábamos el amanecer…También a momentos tranquilos, cuando sencillamente queremos hacer una pausa en el camino y reflexionar sobre el paso de nuestra vida.
O si olemos algunas hojas de eucalipto, y si estamos en la ciudad, evocaremos recuerdos de aquellas caminatas por bosques frescos, llenos de vida. Ahí radica el poder de cada aroma, de revivir experiencias y de crear nuevas memorias, que nos ayudan a estar tranquilos y recuperar nuestras energías.
Sin embargo, no se trata solamente de elegir un aroma agradable o que nos llame la atención, consiste realmente en encontrar un perfume que vaya con nuestra personalidad y que sea acorde a nuestras necesidades emocionales. Algunas personas preferirán el aroma cítrico de la bergamota, otros la calidez del sándalo, mientras que algunos más podrán experimentar con diferentes esencias, para autodescubrirse y encontrar bienestar.
Para finalizar, los aromas son nuestros poderosos aliados para encontrar paz. Recuerda que todo consiste en disfrutar y descubrir un viaje sensorial que te lleve a la relajación, a desconectarte por un rato del mundo que a veces va tan convulsionado y del que solo necesitamos un momento de paz.
Así que, la próxima vez que necesites un respiro, déjate llevar por el poder de los aromas, quizás encuentres el poder de alguna fragancia para transformar tu bienestar.